Dentro de 30 días, el próximo 2 de junio, enfrentaremos el mayor desafío de nuestra historia reciente y tendremos que decidir entre dos opciones. Que sea una elección benéfica para personas y familias dependerá de ir a votar masivamente, y de saber elegir inteligentemente entre las dos candidatas que hay, porque no hay más.
La condición humana es muy compleja. Todos lo somos y todos lo sabemos: tomamos decisiones con un alto componente de subjetividad y el acto de votar ese subjetivo. Es una combinación del estado de ánimo del día, de hígado, de estómago, del interés muy personal de cada quien. Así funciona y es normal: Si yo me caso, compro un auto o una computadora, son decisiones que solo me afectan personalmente, pero la decisión de votar, en cambio, afecta a toda mi familia, a mi colonia, a mi estado y a mi país. La forma como vota una parte del electorado afecta a la otra. Es decir; si una de las dos candidatas obtiene 20 o 25 millones de votos, esto impactará a los otros 100 millones de mexicanos restantes, incluidos los menores de edad que no puedan votar. Así de importante. Por eso votar exige un esfuerzo para hacerlo con razones, con la cabeza, con serenidad y con inteligencia, con base en lo que sea mejor para todos.
Esta semana leí un gran artículo de Santiago Roel, un activista que dirige una organización no gubernamental dedicada a la transparencia, que sinceramente no tiene desperdicio y quisiera compartirlo con ustedes. Empieza diciendo así: “de origen humilde, mujer y un pequeño pueblo con raíces indígenas, padre alcohólico, hermana en la cárcel, con todo para tener una vida complicada como tantas otras vidas. Y sin embargo, Xochitl Gálvez es una gran historia de éxito: es inteligente, valiente, autosuficiente, sociable, alegre, comprometida, sensible, segura de sí misma, rebelde, emprendedora, líder y con un gran sentido social. Es una triunfadora, a quien le sobra tiempo y energía para ayudar a los demás. Es una mujer que sabe resolver problemas porque para empezar resolvió los suyos, y vaya que si lo hizo de una manera extraordinaria. Se empeñó en ser grande y lo es. Por eso, porque nos inspira muchos los ciudadanos no batallamos en elegirla a ella como candidata a la presidencia del país. Es una fuera de serie y es extraordinaria. Hoy le toca enfrentar a un presidente adicto al poder que quiere robarle la elección a Xóchitl, ya los mexicanos sus derechos y libertades. Le toca a ella (Xóchitl) convencer a los indecisos que ella es realmente quien conviene a México. No es tarea fácil, porque enfrenta todo el aparato gubernamental en su contra, e igualmente la desidia, el conformismo, la conveniencia, la ignorancia y la mediocridad de muchos. Xóchitl tiene las de ganar. Tiene que escuchar su corazón y transmitirlo a los demás con candidéz y honestidad, como siempre lo ha hecho. Quieren votar por una candidata de carne y hueso, con corazón y con cabeza que los inspire ,y ahí está ella. Su historia rompe muchísimos dogmas, muchísimos mitos, pero mejor aún, nos inspira a hacer lo mejor de nosotros mismos”.
Coincido, punto por punto con él. Salgamos a votar por una presidenta y por unos legisladores que le cumplan a México. Que no mientan y que trabajen en favor de todos.