Opinión

¿‘Alto rendimiento’? ¿en niños y adolescentes?

Por Roberto Matosas

Todos queremos que el niño obtenga el éxito que promete el ‘alto rendimiento’ en el deporte , pero no es así como funciona el éxito


Hoy en sesión de coaching deportivo con un niño de 9 años; practica tenis y vino hace una semana con sus preocupados papás, como la mayoría de los cuidadores con hijos que hacen deporte, de la inestabilidad emocional del niño.

Por supuesto que a esa edad las emociones están sin control! El niño está naciendo a la vida, necesita saber, corregir, mejorar, aprender aspectos de su personalidad que el deporte las puede mejorar con metodología, paciencia y sana orientación.

También sabemos que hay otras razones para que esa estabilidad empeore en lugar de mejorar. La principal: los padres! Muchas veces los entrenadores sugieren- enfáticamente- que el niño está para ‘el alto rendimiento’…La sugerencia es general? Normalmente son 3 o 4 en los que se enfocan las baterías.

¿Cuál es el motivo de enajenar a los padres y presionar al niño con semejante recomendación?

Qué manera de aumentar en ellos la exigencia de rendir, no de disfrutar. No de aprender. No de practicar deporte por lo beneficioso que es para la salud, física y mental! Porque convengamos que ‘alto rendimiento’ significa ‘estas para jugar cualquier final si te lo propones…’

Y claro, sucede lo que tiene que suceder. En la competencia, normalmente, el niño se enfoca en el resultado porque es de ‘alto rendimiento’... No en jugar lo mejor que puede, en brindar su esfuerzo, disfrutar, sentir que hace algo que le gusta.

Y cuando se juega con la presión del resultado las consecuencias saltan a la vista en el 95% de los casos: nerviosismo, preocupación, miedo a hacerlo mal y, peor aún, a perder!

Cuando eso sucede, los entrenadores ¿reconocen que se apresuraron al vender ‘humo’ o las razones recaen siempre en los niños? Los argumentos preferidos y repetitivos que escuchan los padres: ‘se enoja’ cuando pierde tiros fáciles, ‘se desconcentra con facilidad’, entrega los partidos al no saber manejar la frustración…etc. Y esto ¿no es parte del que ‘vendió’ el ‘alto rendimiento’?

O el entrenador sólo se enfoca en lo técnico? Aún sabiendo que esa parte del juego es importante, lo que decide casi siempre es lo mental! Cómo manejar las emociones que aparecen para levantar o hundir! Cómo hablarme, qué pensar, de qué manera doy lo mejor cuando las cosas van peor…

Esto último no lo preparan la mayoría de los que enajenan con el ‘alto rendimiento’ a niños y adolescentes. Porque lo que estos necesitan es ir adquiriendo y fortaleciendo los recursos con los que han nacido -autocontrol, paciencia, iniciativa, esfuerzo, curiosidad, etc.- antes que solo concentrarse en ganar un partido, una competencia, una medalla.

Cualquier cosa que valga la pena toma tiempo construirla. Todos queremos que el niño obtenga el éxito que promete el ‘alto rendimiento’ en el deporte , pero no es así como funciona el éxito. Después de todo, si tuviéramos éxito inmediato, no construiríamos el carácter que necesitamos para mantener el verdadero éxito. La lucha, la adversidad, los triunfos y las victorias son parte del proceso de construcción, y debemos abrazarlo todo.

Aunque no lleguemos – como sucede casi siempre- al alto rendimiento porque solo se venden promesas en algo para lo que no preparamos: el ‘alto rendimiento’! Que solo llega cuando la verdadera batalla es contra uno mismo, cuando hoy puedo mejorar lo que ayer no hice, o cuando reconozco que voy a hacer la diferencia- en mi preparación para la vida con el deporte mediante- con la única herramienta que no falla: el aprendizaje y la seriedad que contagian los entrenadores competentes! Alineados a educar, formar y entrenar a niños y adolescentes sin invocar el ‘alto rendimiento’.