Opinión

Predicar con el ejemplo, ¡otros te seguirán!

Por Roberto Matosas


 

El director, que le dice a todos que tienen que trabajar duro para alcanzar sus objetivos y luego se va a jugar al golf.

El gerente que hace descender empleados por no mantener las horas de oficina y luego dice: "Voy a estar trabajando desde casa para el resto de la semana."

El ejecutivo que congela los salarios y luego asiste a una conferencia en un restaurant caro.

Estas personas pueden ser líderes en el sentido técnico de la palabra, pero no están inspirando a nadie, ni a ganarse el respeto. Es por eso que el emblema de oro del liderazgo es liderar con el ejemplo.

Al dar el ejemplo, se hace fácil que otros te sigan. Así es como te aseguras de que estas en el camino correcto.

No toma nada por sentado. Siempre mostrar gratitud por el trabajo que se está haciendo y por el talento y el compromiso detrás de él.

Fijar la atención con un ojo en la pelota. Concéntrate en los objetivos que has establecido para tí mismo, así como para los que te rodean.

Mantienes un espíritu optimista. La buena alegría es contagiosa, y orientarte a ti mismo para ver el lado positivo influye en los que te rodean.

Te tomas tiempo para escuchar. Sepa que escuchar es en el núcleo de un gran liderazgo, y dar a su gente la consideración de la audición sin interrupciones ni distracciones.

Te das cuenta, reconoces y te conectas. Siempre reconocer a las personas por lo que hacen. Y cuando se presenta la oportunidad, darles a conocer a los demás cuando se pueden beneficiar de las redes.

Nunca chismes, nunca. No iniciarlos y de ningún tipo. Si alguien comparte un rumor con el potencial de socavar un compañero de trabajo, no haga comentarios o participe.

Te queda afuera de la política de la oficina. Por difícil que sea, evitar tomar partido en las disputas de oficina. Tomar parte en las conversaciones que se ocupan de cuestiones, pero no los que diseccionan personalidades.

Te vistes para el éxito. Vestir siempre un nivel mejor que lo que otros podrían esperar de ti. Crea una imagen que otros puedan respetar.

Respetas el tiempo de otras personas. Devolver las llamadas y correos electrónicos con prontitud; empezar y terminar las reuniones a tiempo.

Estás abierto a las opiniones. Escuchar cortésmente incluso en desacuerdo. Te inclinas hacia adelante y demuestras que estás interesado.

Eres discreto. Antes de ofrecer una sugerencia, reconoce a los demás que te han llevado adelante. Reemplace pero con y.

Muestra interés. Presta atención a los que te rodean y toma nota de su tiempo, su trabajo y sus responsabilidades.

Involucra a otros. Hacer que se sientan involucrados en las estrategias y acciones y hacerles saber tus ideas y materias de trabajo.

Modelar el camino. Demostrar el comportamiento que se espera de los demás. Saber que ellos están buscando en ti pistas sobre cómo actuar.

Si estás en una posición de liderazgo, te toca a ti rendir cuentas. Todo el mundo te está mirando en busca de orientación y fuerza; eso es parte de lo que significa ser un líder.

Cuando conduces con el ejemplo, se crea una visión de lo que es posible para los demás. Pueden predicar con el ejemplo, también, una vez que se les muestra cómo se hace.

Fuente: de la excelente Lolly Daskal en su blog Conducir desde dentro