“Si ella fuera mejor mamá, su hijo se portara mejor”,“Es una irresponsable con los hijos, mira cómo los trae”, “Su hijo anda en malos pasos, porque ella siempre anda en el trabajo y en la fiesta”, “Si le dedicara más tiempo a sus hijos, esos niños no reprobarían materias”.
De los problemas de los hijos, generalmente culpamos a las mamás, tales como, si la hija sale con el llamado domingo 7, si van mal en la escuela igual, si tienen problemas de adicciones con mayor razón, tal parece que ellas son las únicas responsables de los males del mundo. Hasta si el papá es desobligado es culpa de ella, para que no eligió un buen marido.
¿Las madres son las únicas responsables de educar a los hijos? No, en muchas culturas se ha considerado que los papás y todos los miembros de la comunidad están a cargo, como las antiguas de Japón, Corea, Esparta, también en algunas del México antiguo, como los raramuris, los chichimecas, entre otras en donde todos los adultos tenían la obligación de ver por los menores, además de formarlos y corregirlos.
Los niños aprenden de todos, no solamente de las madres, si usted tira basura en la calle y lo ve un niño él considera que eso se puede hacer, especialmente porque no hay alguna sanción efectiva. Igual, si se pasa un alto, él aprende de usted, si usted da una mordida (lo cual es corrupción), pasa lo mismo.
Todos con nuestras actitudes, hechos y forma de ser, enseñamos y educamos a los niños, los gobernantes con sus buenas o malas obras también están educando. Se ha observado que en aquellos países donde las autoridades respetan las normas, los ciudadanos también lo hacen, especialmente los niños, y en aquellos donde los representantes populares no lo hacen, la corrupción y delincuencia predomina, y de eso también aprenden los pequeños.
A esto hay que añadirle que los menores ven conductas antisociales a través de los diversos medios de comunicación como programas televisivos, series, videos en redes sociales, memes en donde se denigra a los demás. Se muestran actos de violencia como formas de entretenimiento que en muchos casos el niño puede terminar disfrutando. Ellos aprenden de esas conductas.
Hoy en día los gigantes tecnológicos (Google, Facebook, Tik Tok, Instagram, etc.) están más preocupados por ganar audiencias, que por difundir valores en las personas, por lo tanto no les importa proyectar imágenes que atenten contra los principios de integridad social.
Las mamás tienen que competir hoy en día contra esas tecnologías para lograr que los hijos les pongan atención, pero especialmente en convencerlos de que las conductas antisociales que pasan en las pantallas son dañinas para todos. Hoy observamos como
los programas de más éxitos tanto infantiles como para jóvenes y adultos promueven actitudes basadas en la violencia.
Entonces las mamás tienen grandes enemigos, tecnologías que contrarrestan sus esfuerzos, por más que la mamá quiera que el hijo le haga caso, será complicado para ellas lograr su atención ante todo lo que ofrecen las pantallas llenas de entretenimiento.
Cómo decirle a un niño que respete, que sea responsable, si por todos lados ve violencia y tal parece que predomina la ley del más fuerte.
Esto no es mundial, hay muchos países en donde la violencia es muy baja como los nórdicos, y se ve reflejado en su gobierno en donde es muy difícil que exista la corrupción, la sociedad es respetuosa, calles limpias, mínimos accidentes de tránsito, difícilmente que ocurra un asalto, están logrando sociedades más respetuosas y mejor integradas.
Por otro lado sabemos que en nuestro país la figura paterna en muchos hogares es ausente, muchos papás consideran que dando dinero es suficiente para criar a sus hijos, y varios ni eso dan, y algunos padres cuando están en casa, solamente dan malos ejemplos, como ejercer la violencia sobre la mujer, no cooperando en el hogar, etc.
A las mamás por todos lados las critican, si bien su papel es fundamental en el cuidado y educación de sus hijos, pero la realidad es que hoy tienen menos elementos para hacerlo, la mayoría de ellas tiene que trabajar, por lo tanto les dedican menos tiempo, las tecnologías tienen más herramientas para captar la atención, a los menores por diversos lados les ofrecen drogas que dañan su salud, antes era muy difícil que a un pequeño tuviera acceso a sustancias adictivas, armas, alcohol, cigarros.
Ante esta realidad, las mamás de hoy enfrentan más retos, nuevos desafíos que hacen más complicado la formación y educación de los seres humanos que un día se encargarán de este mundo.
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