La mastografía, también conocida como mamografía, es un estudio de rayos X que se realiza en la mama mediante un aparato especial llamado mastógrafo. De acuerdo con el oncólogo Paulino Alfaro, este examen es fundamental porque permite detectar de manera temprana los cambios iniciales del cáncer de mama, incluso antes de que sea posible palpar un tumor.
“El cáncer de mama puede iniciar hasta ocho años antes de que una mujer pueda tocarse una bolita; por eso la mastografía es clave, porque identifica alteraciones que no generan molestias ni son palpables”, explicó el especialista.
Las principales organizaciones internacionales recomiendan que todas las mujeres se realicen una mastografía a partir de los 40 años, de forma anual.
No existe un límite de edad máximo: mientras la mujer conserve un buen estado general de salud, es conveniente continuar con el estudio, ya que el riesgo de cáncer de mama aumenta con la edad.
El estudio debe realizarse en un aparato de alta calidad y ser interpretado por un radiólogo certificado. Dependiendo de los hallazgos, puede recomendarse repetir la mastografía en seis meses o realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico.
El oncólogo señaló que la mastografía es un estudio seguro:
La radiación que emite es mínima.
Puede resultar molesto porque se comprime la mama para obtener imágenes claras, pero el dolor es pasajero.
Algunos especialistas administran un analgésico antes del procedimiento para mayor comodidad.
Además de la mastografía, el doctor Alfaro recordó la importancia de que cada mujer conozca su cuerpo:
Practicar la autoexploración de las mamas de manera regular.
Acudir al médico (ginecólogo o oncólogo) ante cualquier anormalidad, como bolitas, hundimiento del pezón, endurecimiento del tejido, secreciones, cambios en la piel o inflamación en axilas.
En mujeres menores de 40 años, puede recomendarse un ultrasonido mamario.
El especialista advirtió que la mortalidad por cáncer de mama en el país sigue siendo alta, no por la falta de tratamientos —que son equivalentes a los disponibles en otros lugares del mundo—, sino porque la detección temprana todavía falla.
“Hay deficiencias en la educación para que las mujeres acudan a sus estudios, en la enseñanza de la autoexploración e incluso en la capacitación de algunos médicos para identificar signos tempranos de la enfermedad”, dijo Alfaro.
Cuando el cáncer se detecta de manera temprana gracias a la mastografía, los tratamientos suelen ser menos agresivos y con mejores resultados. En etapas avanzadas, pueden requerirse cirugía, quimioterapia, radioterapia u hormonoterapia.
El oncólogo hizo un llamado a la población femenina y a sus familias: “Difundan este mensaje: la mastografía salva vidas. Con la autoexploración, la revisión médica y el estudio anual a partir de los 40 años, podemos encontrar el cáncer de mama a tiempo y evitar consecuencias graves”.