En los últimos tres días, en la zona Veracruz-Boca del Río la gente ha reportado una gran cantidad de aves tapacamino que han aparecido en casas, como si cayeran del cielo, comentó Sergio Armando González Ramírez, presidente de la organización ambientalista, Earth Mission.
“Está desbordado, es mucho, me siguen llegando mensajes de la gente, no sé, de antier para hoy, antes de que se metiera el norte, el día del calorón, en los dos días del calorón a hoy, 15 reportes, hay una persona que tiene tres tapacaminos resguardados”.
Hasta el momento se desconoce a qué se debe la presencia de tantos tapacaminos de día, ya que el ave es nocturna, sin embargo ya es la temporada en que se activan.
El tapacamino es un ave de suelo, no vuela, es residente de la zona, no es migratorio.
“Sabemos que hay zona urbana en Veracruz les gusta vivir en los baldíos, el tema con el tapacaminos, es que es un ave que anida en el suelo y que es de hábitos de tierra, no vuela, no vuela, ni percha como las demás aves, no anda en las alturas de árbol a árbol”.
Esta ave pone sus huevos en el suelo, empolla sus huevos en el suelo y se alimenta de insectos que caza al brincar de matorral en matorral.
De ahí viene su nombre, en las noches se cruza en los caminos y se puede ver cuando se alumbra con los faros del automóvil cuando avanza.
González Ramírez, explicó que si el tapacamino cae en un jardín que está bardeado, como esta ave no hace vuelos altos, sino laterales, las bardas no los dejan salir, necesitan espacios más abiertos, sin embargo si llegan a posarse sobre arbustos de dos metros, pero no es común, ni vuelan como palomas.
Explicó que estas aves no tienen garras como las águilas, o los halcones, sus patas son muy chiquitas así que no hacen daño, su pico es chiquito y corto.
El tapacamino tiene un buche que abre y se ve “aparatoso”, pero son totalmente inofensivos.
Estas aves no se paran, se acuestan sobre las ramas, o sobre la superficie donde se encuentran.
“Si los llegan a ver, yo les pido por favor que los resguarden, los pueden tomar con un trapo, no tiene uñas, no tienen garras, no te pican, ponerlos en una cajita y liberarlos al atardecer, ellos son nocturnos, la luz del día los desorienta por eso también se estrellan”.
El especialista recomienda liberarlos en un lote baldío amplio, si es en la zona norte de Veracruz, los pueden liberar cerca de alguna laguna, algún monte o terreno.
De los 15 reportes, uno murió y otros dos también morirán, porque las alas las tienen torcidas, sus huesos están dislocados, presentan fractura expuesta y no hay manera de curarlos.
Sergio Armando González comentó que sí es común verlos en Veracruz, pero ha aumentado notablemente ver estas especies en la zona conurbada.