Seguimos esperando el inicio de las campañas, tanto en lo federal como en lo local, y lo que está en el centro de ello es la palabra, la construcción de los discursos.
¿Qué es a lo que le llamamos un discurso, tratándose del desarrollo del lenguaje? El discurso es un conjunto de oraciones cuya característica esencial es que sean coherentes, organizadas en torno a un tema que se va a tratar, y emitido con una determinada intención, es decir, en una situación comunicativa de carácter específico.
Con lo cual podemos decir que en un nivel superior del lenguaje, involucra los demás niveles de lenguaje, el que implica un manejo versátil del vocabulario, las ideas, los contenidos, la información.
Por otra parte, organiza con coherencia esas ideas, requiere de mecanismos formales en la estructuración gramatical, y el nivel en el cual se manifiesta la intención de las ganas de comunicar, y así tenemos diferentes tipos de discursos: un discurso narrativo que relata los hechos de determinadas circunstancias, un discurso descriptivo que muestra las características que integran un todo, un discurso expositivo, los doctos, los especialistas sobre determinado tema desarrollan este su discurso.
Pero vemos que el discurso más importante para la clase política es el discurso argumentativo, el cual se trata de exponer un tema usando el razonamiento lógico y juicios de valor para apoyar o ir en contra de determinadas ideas, es decir, ahí está mucho la habilidad de quién va construyendo ese discurso argumentativo, por ejemplo, para solicitar la simpatía electoral, para determinada candidatura, determinado partido.
¿Cómo construir esa idea?, pues como ya lo he expresado, con coherencia. Hay que exigir a los políticos en campaña en los próximas semanas a que se conduzcan con decencia, con respeto, es decir, con virtudes, que muestren ante el otro la calidad que ellos tienen, y que sus ideas sean coherentes y que tengan un propósito, proponer cómo resolver los grandes problemas que aquejan a determinadas demarcaciones de orden electoral, ya sea de distrito local, de distrito federal, de Ayuntamiento, de Estado o del país.
En el caso de la presidencia de la república, exigir que este planteamiento argumentativo diga cómo hacer, cómo resolver estos problemas, con qué recursos se van a resolver, cuándo se van a resolver, argumentar cuáles son los beneficios colectivos o que impactan a la sociedad en su conjunto.
Las campañas electorales no son una fiesta de colores en donde hay que mostrar rostros, posiciones, cargar niños, subirse a taxis, abrazar personas mayores, no, las campañas electorales son para que quien decide, es decir, la ciudadanía, tenga una posibilidad de ejercer su autonomía en absoluta libertad dependiendo de la oferta que cada candidatura presente.
Ojalá lo podamos exigir.