Opinión

Educar en un mundo globalizado

Por Ignacio Ruelas Olvera

Educar en un mundo globalizado implica reconocer que el proceso de educación se desarrolla a lo largo de la vida


Vivimos una época de cambios cada vez más vertiginosos, vivimos la era del instante, en una enorme diversidad, pero de alguna manera continuamos en la nostalgia, o anclados, en un sistema educativo que está diseñado para otra época que no estaba vinculada a la velocidad de la luz.

Necesitamos detonar la pedagogía del Siglo XXI, que nos ayude y nos forme en medio de las tecnologías de la información y de la comunicación, para poder entender la realidad, para poder interpretar el mundo de la vida que nos ha tocado vivir.

El Siglo XXI nos presenta retos que van mucho más allá de solamente el acceso a la educación, y nos enfrentamos a dilemas que van relacionados a un mundo que está globalizado, y no solamente en el terreno de la informática o de la Internet, sino en lo económico, en lo cultural, incluso en lo político, como acabamos de ser testigos en México este 2 de junio.

Se requieren entonces procesos educativos que aborden promoción de valores, actitudes, habilidades, competencias y destrezas necesarias para el aprendizaje, en el transcurso de la vida de la ciudadanía.

Educar en un mundo globalizado implica reconocer que el proceso de educación se desarrolla a lo largo de la vida, porque siempre, en cada instante, hay algo que aprender, hay algo sobre lo cual hay que poner atención. 

Necesitamos en esta adecuación del Siglo XXI, una educación que esté basada en los derechos humanos y los derechos de las y los ciudadanos, con orientaciones de manera estratégica que permitan que la educación pública construya un modelo para una nueva ciudadanía. 

Unas líneas estratégicas que nos lleven hacia la promoción de instancias educativas, de espacios educativos, de aulas, que nos den pertinencia y calidad para estudiantes y para maestros en México. Una innovación de procesos de enseñanza y de aprendizaje a partir de la incorporación de tecnologías móviles, una promoción de ambientes educativos propicios para discípulos y docentes, preparados para prevenir la violencia, para no admitir la discriminación y para entender los conflictos en un marco de respeto, insisto, a los derechos humanos. 

Ese es el proceso educativo que necesitamos. Una ciudadanía para un desarrollo sostenible, una ciudadanía para una identidad nacional, recuperar esa identidad que teníamos, en el Siglo XX mexicano, una ciudadanía virtual para la equidad social.

Eso es lo que necesitamos generar en la nueva etapa que nos ha tocado vivir. Esperemos que la sensibilidad, la congruencia, la lucidez, de este nuevo gabinete del período constitucional 2024- 2030, sea capaz de incorporarnos a un mundo cuya convivencia sea más humana, más solidaria y que desterrados y para siempre esa violencia, que todos los días nos hace llorar.

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