Seguimos viviendo un conflicto entre mayoría y minorías, una mayoría aplastante desde el punto de vista de las posiciones en el poder público y minorías que no han logrado desarrollar el discurso suficiente para oponerse de manera racional al despotismo de la mayoría. Lo hemos dicho hasta el cansancio que el triunfo de Morena y sus aliados es inobjetable, pero el pueblo no ha otorgado un Fiat o una franquicia mediante la cual se pueda destruir todo lo logrado, es un conflicto cultural entre minorías y la mayoría.
Existen minorías sin normas que se oponen a normas dominantes, pero no proponen cambios y minorías que también van de acuerdo con con la legalidad y que tiene normas propias, y buscan promoverlas ante la sociedad, pero no lo hemos visto, así como también existen minorías heterodoxas que proponen nuevos valores y minorías ortodoxas que buscan conversar las relaciones sociales existentes.
Necesitamos precisamente eso, lograr una conformidad en el diálogo, una conformidad en la conversación, porque la democracia se define como un conjunto de minorías entre las cuales destaca la primera minoría es decir, la minoría más votado y esto es irrefutable, somos un país con más de 130 millones de habitantes y solamente hay 36 millones avalando una sola de las posiciones, entonces es importante por amor a México, por amor a la patria por amor, a la nación, que actuemos en ese diálogo todas y todos, la conformidad es un acto de seguir una mayoría debido a la presión social, eso no puede ser independientemente de la calidad de sus argumentos, mientras que la conversación implica la adopción de puntos de visa de todas y todos una minoría debido a su persuasión es decir, no podemos aceptar oposiciones minoritarias que a estas alturas no hayan desarrollado un discurso coherente, lúcido que se oponga para buscando la manera de convencer a esa mayoría, así también es como la influencia de la minoría, puede ser útil en todo democracia las voces minoritarias son altamente necesarias, hay quienes se resisten a reconocerlas debido a esa presión social como lo estamos viviendo en los medios en donde hay una suerte de aplanadora que ya no escucha voces, que nadie tiene la razón, pero en un principio democrático es que el otro puede tener la razón.
La idea principal es que la realidad y la percepción de los seres humanos están influenciadas por una serie de negociaciones y dinámicas sociales, eso es a lo que hay que acudir a un parlamento en la representación popular en donde la minoría tenga humildad brillantes coherencia y en donde las oposiciones como minorías tengan la suficientes razones para enfrentar ese discurso mayoritario y que no se convierta en un discurso despótico. El propio marxismo, se ha opuesto al despotismo y esto como esas mayorías presumen ser de izquierda, pues deberían entenderlo con cierta humildad, y por otro lado las minorías que busquen la consolidación argumentativa, razonable, coherente que vaya a enfrentar argumentos y logré convencer de que están equivocados.
Una prueba, un botón basta de prueba los demás a la camisa, bueno, pues está el respeto que todas y todos debemos al gran pacto de las y los mexicanos que se llama Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En las últimas noticias hemos visto que se ha querido se tiene la intención de convertir este pacto constitucional en una suerte de códigos de conductas con intereses mayoritarios.
Eso es un gran riesgo.