Opinión

Tenoch el Prieto

Por Claudia Viveros Lorenzo

Estos últimos días si alguien ha estado en los cuernos de la luna ha sido el actor Tenoch Huerta


Estos últimos días si alguien ha estado en los cuernos de la luna ha sido el actor Tenoch Huerta. Marvel estrenó la secuela de Black Panther 2, donde el Ecatepeño, interpreta al personaje antagonista, Namor, el cual dio oportunidad a que este mexicano, fuera el primero en encarnar un de personaje de este tipo en el cine. Por lo que que está viviendo el fenómeno de la fama, sumando también al tema de la inclusión que esta tan de moda. Algunos han querido compararlo con la maestra Yalitza Aparicio, quien, en 2018, fue nominada a mejor actriz (de forma increíble) en los premios Oscar, por su participación en la cinta de Alfonso Cuaron, Roma, y esto es algo que no podemos dejar de mencionar: no hay ningún tipo de similitud. Yalitza es una maestra que hizo una audición, obtuvo un papel y la industria, se colgó de ella para sentirse inclusiva. Yalitza no es una actriz. Ojalá después de su momento de fama, haya puesto sus energías en estudiar y si es el mundo histriónico, su sueño, trabajar para demostrar que en ese sentido puede desarrollarse, pero repito (y ni modo, alguien tiene que decirlo) no es actriz. Tenoch Huerta es un caso completamente diferente. Nacido en 1982, debutó en 2006. Ha participado en más de 50 producciones, estudió comunicación y periodismo en la FES Aragon de la UNAM, las películas en las que ha participado han ganado premios Arieles y han participado en festivales cinematográficos como el de Cannes. Ya había participado en el cine “gringo”, pero definitivamente su oportunidad para hacerse conocido a nivel mundial ha sido esta cinta de Wakanda Forever.
 

Lo interesante del caso de Tenoch es que parte de su trabajo, no solo está a nivel actoral, lleva años en redes sociales, y diferentes y canales hablando sobre racismo. Haciendo un ejercicio de sororidad, exponiendo lo que han sido todas sus experiencias y como ha sido objeto de repetidas escenas de violencia a causa del color de su piel. Por ello es que, en su libro Orgullo Prieto expone y argumenta sus vivencias, como parte de su movimiento Poder Prieto. Huerta, declara a México como un país racista y entiendo que no quiere ir más allá, quizá por delimitar su muestra solo al terreno de su propio país. Pero los que hemos tenido la oportunidad de vivir en Sudamérica y conocer algunos otros de la parte centro y sur del continente, debemos respaldar que este racismo se palpa en toda Latinoamérica. Como bien lo describe en su texto, nos han querido taladrar la cabeza, haciéndonos creer que sufrimos de clasismo, pero no de racismo, cuando no es verdad. Este último está impregnado de forma profunda y silenciosa en casi toda la narrativa y discurso, de forma tan terroríficamente natural, que poco nos detenemos a reflexionar el grave problema de violencia y odio generamos, pues la discriminación en la hija primogénita del racismo y el color de piel influye para que muchos sean víctimas en distintos ámbitos, ya sea, social, laboral y hasta familiar. El sistema, la publicidad, el arte, y un sinfín de canales, bombardean con fenotipos anglosajones

que impulsan a muchos a perseguir un “blancamiento” en todos los ámbitos, que lo haga sentir parte del grupo de los “buenos”, de los “elegidos” de los “ganadores”.

Tenoch en su libro, nos expone cinco razones básicas por la que casi todos son se tapan los ojos y no quieren ver la realidad que se vive:

 

1. La creencia de que el racismo se da solo entre blancos y negros.

2. México nunca tuvo un sistema de segregación como el de Estados Unidos.

3. La independencia, la guerra de la Reforma y la Revolución permitieron el ascenso social a personas indígenas.

4. Por años es estado nos ha hecho creer que todos somos mestizos.

5. La relación polarizante de bueno vs. Malo.

 

Repito, creo que este es un fenómeno que no solo vive México, latinoamerica es un conjunto de “colonias conquistadas” que a base de lucha intenta (todavía) seguir quebrando esas cadenas de imposición por parte de culturas extranjeras que invadieron y trataron de exterminar a nuestros pueblos.

Sé que hasta aquí podría saltar y decirme que, durante la historia de la humanidad, este tipo de genocidios o exterminios se han dado en diversas latitudes, a mí también la idea me surge, lo tengo presente. Pero el punto, por lo menos, el punto del racismo, del que Tenoch está queriendo ser porta voz, es hablar de la tez, de su color y de su influencia en nuestro conducta y actitud dentro de la sociedad. Según el estudio hecho por el biólogo Richard Lewotin en 1972, se comprobó que para que se considere que dos individuos pertenecer a razas distintas, debe haber una diferencia mayor de 6.3% en sus génes y eso entre seres humanos no pasa. No existe. Lo que nos afirma que todos somos iguales.

Quienes marca la diferencia. Usted y yo. Piénselo.

 

Comentarios: draclaudiaviveroslorenzo@gmail.com

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