Opinión

Sheinbaum y la instauración de un régimen socialistoide

Por Artillero / Moisés Hernández Yoldi

Existe un miedo fundado ante la posible designación de Claudia Sheinbaum como candidata de Morena la presidencia


Existe un miedo fundado ante la posible designación de Claudia Sheinbaum como candidata de Morena la presidencia.

Sheinbaum representa el ala radical de Morena; de los escenarios posibles, Sheinbaum sería el más catastrófico.

El grupo político al que pertenece Shainbaum aspira a la instauración de un régimen socialistoide, inspirado en los gobiernos de Cuba y Venezuela; dentro de sus filas existen jacobinos trasnochados, políticos resentidos que hacen una interpretación equivocada de la justicia social.

Sheinbaum maneja una agenda ”progre” que está alejada de la social democracia y muy cercana a regímenes que han devastado la economía de sus pueblos y destruido el Estado de Derecho.

El proceso de sucesión está en marcha, el presidente ha propiciado que la carrera por la presidencia se adelante, faltando aún dos años para que termine su mandato.

Sheibaum, Ebrard, Adán Augusto y Monreal, son los aspirantes, cada uno con razones y argumentos para aspirar a la candidatura por Morena.

Las posibilidades de Monreal son mínimas, por no decir que nulas, sin embargo está jugando sus fichas y estirando la liga para obtener una posición decorosa dentro del juego. Su capacidad de operación política-electoral, le ha permitido mantenerse dentro del tablero.

De romper con la 4T, Monreal podría provocar boquetes electorales en la elección, ya mostró su fuerza en los dos últimos ejercicios en la CDMX.

A Monreal lo esperan con los brazos abiertos en Movimiento Ciudadano.

Adán Augusto es el hombre de mayor confianza del presidente, es su amigo personal y representaría la continuidad del régimen, es inevitable pensar que de ser el elegido, López Obrador seguiría gobernando.

Ebrard es la salida ante este escenario de encono y confrontación, está hecho y educado políticamente en la vieja escuela institucional del PRI, es un hombre culto y preparado, con capacidad de negociación, que incluso, no es mal visto por una parte del sector empresarial y que podría allanar el camino a una reconciliación social y política.

Sin embargo, y por estos mismos atributos, el presidente pareciera tener serias dudas en que sea el ideal para dar continuidad a su proyecto político.

De ser Shainbum la elegida, México tendrá que decidir si está dispuesto a iniciar un camino hacia un gobierno con un tufo socialistoide.