La candidata de Morena a la gubernatura del Estado de Veracruz, tiene varios retos que librar previo a la elección del 2 de junio:
1.- Superar el pesado lastre que representa el desastroso y frívolo gobierno de Cuitláhuac García.
La pobre y escasa obra pública de infraestructura y la desatención en varias regiones del Estado, dejan un saldo negativo y un ánimo de desilusión entre los electores.
La candidata Rocío Nahle tiene un dilema, desmarcarse de Cuitláhuac García sin romper con él, al menos no por ahora.
2.- Reparar la relación con el sector empresarial, con quienes el trato fue distante, indiferente y en ocasiones hostil.
Gobernar distanciado del sector empresarial es posible, pero hace las cosas mucho más complicadas. Veracruz es un ejemplo.
3.- Subsanar las divisiones al interior de Morena.
El desgastante proceso interno de selección de candidatos, confrontó a varios grupos, dejando a los perdedores marginados y dolidos.
Dejarlos así y no incluirlos, sería un grave error político con efectos electorales.
En política, todo aquel activo político que no es tu aliado, es potencialmente tu rival.
4.- Reconstruir la relación con los medios de comunicación a los que el gobernador y parte de su gabinete -entre ellos su ex secretario de gobierno- hostigaron y maltrataron.
Gobernar aislado y confrontado con los sectores que conforman a la sociedad es posible, pero hacen la tarea más difícil.
Uno de los graves errores de Cuitláhuac García fue gobernar con soberbia, sus emociones, filias, fobias y complejos actuaron en su contra.
5.- Vencer el triunfalismo y soberbia que invade a parte del equipo de la candidata Nahle.
En democracia como en la vida, nada es para siempre. No hay victorias permanentes, ni derrotas eternas.
Confiar en la popularidad del presidente López Obrador y creer que eso será suficiente para volver a ganar en Veracruz, podría costarles la elección.
El 2018 ya fue, el 2024 es ahora.
El triunfo será para quien lo trabaje.
