En los últimos días se ha hablado mucho sobre el fenómeno de La Niña, la posibilidad de que nuevamente se presente y las consecuencias que podría tener en el clima.
¿Qué es el fenómeno de La Niña?
Jéssica Luna, jefa de Hidrometeorología de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), afirma que ese nombre surge a finales del siglo XIX cuando pescadores de la costa norte de Perú y Ecuador notaban que durante diciembre el agua del Oceano Pacífica se calentaba de manera inusual.
A ese calentamiento lo llamaron El Niño porque estaba cerca de la fecha de Navidad. Conforme la ciencia avanzó y estudió a profundidad a la fase opuesta la nombró el fenómeno de La Niña.
"En sí La Niña es la fase fría de un fenómenos climático que se le denomina oscilación del sur (ENOS) y se caracteriza por un enfriamiento de las aguas superficiales del Oceano Pacífico Ecuatorial y Oriental y todo esto altera la circulación atmosférica modificando patrones como lluvia, temperatura y viento".
Cuando se registra de junio a noviembre (época de huracanes) hay un incremento de ciclones tropicales; además se presentan lluvias por arriba del promedio, provocando crecidas de ríos, arroyos y desbordamientos.
Pero si La Niña ocurre en el periodo invernal ocasiona que los frentes fríos sean más intensos; el viento del norte alcanza rachas superiores a los 100 kilómetros por hora y los días son más húmedos, incrementando la probabilidad de nevadas en zonas altas.
"En estos momentos la NOAA (Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos) nos está indicando que estamos en un evento neutral y que vamos hacia unos meses que pudiera darse este fenómeno de La Niña".
Por lo tanto, si se cumplen los pronósticos a largo plazo, entre los meses de diciembre, enero y febrero, los nortes en la costa central de Veracruz serían fuertes, puntualizó.