Para llegar a una comunidad y enseñarle a sus alumnos, la maestra Deysi Esther Mejía Morales, ha tenido que recorrer caminos de terracería, barrancas y hasta cruzar en la lancha con tal de asistir a la escuela.
Desde el 2006, Deysi forma parte de los maestros que educan a miles de niños veracruzanos, aunque su formación en la docencia comenzó en las escuelas privadas, al obtener su plaza se unió al sistema público.
“Yo primero era maestra de educación particular, fueron mis primeras escuelas. Después hice mi examen como maestra para el gobierno, ante la SEV y me mandaron a otra comunidad que es por Cosamaloapan que se llama Las Palomas”, cuenta.
Deysi recuerda que en esa primera comunidad el principal reto que enfrentó fue el traslado, pues en tiempos de lluvia tenía que cruzar hasta con lancha.
“Podías entrar en tu carro, pero también tenía muchas veces que entrar en lancha, en tiempos de lluvia. Yo creo que lo más difícil es el traslado, el dejar la comodidad de tu casa porque viajas todos los días (…) ahora donde yo estoy hay caminos de terracería y barrancas”.
Actualmente es directora y docente de la escuela primaria de Vista Hermosa Sur, una comunidad que se encuentran en el municipio de Soledad de Doblado, donde atiende a 13 niños desde primero hasta sexto de primaria.
Además de los caminos de terracería, otro de los obstáculos a los que se enfrentan es la falta de materiales, por lo que se tienen que comprar con mucha anticipación.
“Luego no hay los materiales, papelería, cuando encargamos para hacer los proyectos, uno tiene que encargarlos con mucha anticipación”.
Asegura que es importante no olvidar a las comunidades rurales, pues en muchas hay falta de maestros, ya que ella es la única que enseña en la escuela, además de que tiene que cumplir con el trabajo administrativo.
“Que manden más maestros, porque por ejemplo, yo soy maestra unitaria, yo tengo todos los grados y también soy la directora, entonces pues nos toca todo, es pesado y aparte llevar la carga administrativa y luego sacar contenido para todos los grados”, explica.
A pesar de todos esos retos, asegura que la principal satisfacción que le ha dejado el ser maestra rural es ver que sus alumnos aprendan.
“El ver que tus alumnos aprendan, sus caritas felices todos los días son niños muy agradecidos”.