Tras ser encarcelado y convertido en “mártir”, Lula regresó con el respaldo de los suyos.
El antiguo obrero y líder sindical metalúrgico se levantó de su “muerte política” y en una muy apretada contienda -que requirió segunda vuelta- derrotó al actual presidente, el conservador y radical de derecha Jaír Bolsonaro.
Cuando las demandas de la sociedad, particularmente de la base de la pirámide, no son atendidas, el ascenso al poder del populismo y la izquierda son inevitables.
Lula Gobernará un país dividido, la mitad no lo quiere; los cambios hechos por Bolsonaro en la estructura del Estado, complicarán su gobierno.
Con la victoria de Lula en Brasil, América Latina se alinea en un bloque populista de izquierda: México gobernado por López Obrador, Chile por Gabriel Boric, Argentina por Alberto Fernández, Colombia por Gustavo Petro, Perú por Pedro Castillo y Bolivia por Luis Arce.
La oportunidad para la izquierda latinoamericana es grande, los resultados y sus gobernados los juzgarán.
PD Para entender y tener contexto del escenario político en Brasil, les recomiendo el documental “Al filo de la democracia”, en Netflix.
Se trata de un extraordinario trabajo de Petra Costa, que cuenta la historia del triunfo político de la izquierda desde la perspectiva de sus consecuencias.
Narra la llegada de Lula al poder, cuenta los logros de su gobierno y su posterior caída, luego de la fallida transición a su sucesora Dilma Rousseff, destituida en 2017 y que derivó con Lula en la cárcel.
Ambos (Lula y Rouseff) fueron vinculados en la complicada y divisionista investigación de corrupción llamada operación Lava Jato (lavado de autos), impulsada por la ultra derecha y la oligarquía de Brasil.
