A menos de un mes de haber iniciado funciones, el nuevo Poder Judicial de la Federación enfrenta una serie de retos estructurales, operativos y de legitimidad, según el análisis más reciente de Integralia Consultores.
En entrevista para XEU, Juan Manuel Ureiro, consultor senior de Riesgo Político en Integralia, reconoció que aún es temprano para emitir una evaluación concluyente sobre el desempeño de esta nueva configuración judicial. Sin embargo, ya se observan elementos clave que marcarán su rumbo.
“Este nuevo Poder Judicial de la Federación apenas entró en funciones el 1º de septiembre. Es un tiempo muy corto como para emitir juicios de valor, por lo que nuestro reporte se enfoca más bien en describir su organización y funcionamiento inicial”, explicó Ureiro.
Uno de los cambios más significativos fue la desaparición de las dos salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), lo que ha concentrado el desahogo de asuntos en el Pleno. Esta decisión, aunque estructural, podría derivar en un cuello de botella en el mediano plazo.
“El rezago heredado por la conformación anterior, sumado a la parálisis institucional durante la implementación de la reforma judicial y las elecciones, podría agravar la saturación de trabajo en el Pleno”, advirtió Ureiro.
Otro reto central es el ajuste presupuestal. La administración anterior dejó aprobado un presupuesto que debió ser reducido en 15 mil millones de pesos, en línea con la política de austeridad anunciada por el Ejecutivo federal.
Esta restricción presupuestaria se combina con una exigencia creciente hacia los nuevos juzgadores —tanto a nivel federal como local— para mostrar resultados tangibles en el corto plazo, pese a las limitaciones operativas.
Una preocupación, dijo, es la preparación del nuevo cuerpo judicial. La renovación de magistrados y jueces ha mostrado, en algunos casos, señales de improvisación y falta de experiencia, lo que podría impactar negativamente en la justicia cotidiana.
“Más allá de los grandes casos que llegan a la Corte, los efectos se pueden sentir en los asuntos del día a día: temas familiares, civiles, contractuales. Es allí donde vemos una posible afectación”, comentó.
Agregó que ya se han registrado renuncias de jueces recién electos, lo que podría indicar una curva de aprendizaje prolongada.
Como parte de la reforma, se ha creado un Tribunal de Disciplina Judicial, que tendrá la tarea de evaluar el desempeño de los nuevos juzgadores antes de que concluyan su primer año en funciones. Esta medida busca establecer mecanismos de control y rendición de cuentas desde el inicio de su gestión.
“La presión por dar resultados será inmediata, y la evaluación temprana podría convertirse en una herramienta clave para garantizar profesionalismo, pero también podría aumentar la tensión interna”, señaló.
Ureiro subrayó que el seguimiento a esta nueva etapa del Poder Judicial será constante desde Integralia Consultores, especialmente por la alta carga de asuntos pendientes en la SCJN.
“Estaremos muy atentos al desahogo de estos temas y al funcionamiento del nuevo modelo judicial. Invitamos al público a consultar este y otros documentos de análisis en nuestro sitio web integralia.com.mx y redes sociales”, concluyó.