La cifra de ballenas grises muertas en aguas del Pacífico mexicano alcanzó este año 91 ejemplares, superando el máximo histórico registrado en 2020, con 88 muertes. El dato marca un nuevo pico dentro del llamado “Evento de mortalidad inusual”, declarado en 2019 por investigadores de México, EE.UU. y Canadá.
Además, solo se registraron 69 nacimientos, la cifra más baja hasta ahora, informó el doctor Jorge Urban Ramírez, del Programa de Investigación de Mamíferos Marinos (PRIMMA) de la UABCS.
“Desde 2018 comenzamos a ver ballenas más flacas y más muertes. Se concluyó que era por falta de alimento en sus zonas de alimentación”, explicó.
Urban añadió que este año hubo un factor adicional: temperaturas más frías por La Niña, lo que obligó a las ballenas a migrar más lejos y gastar más energía.
El cambio climático también ha reducido la cobertura de hielo en el Ártico, lo que afecta a las presas de la ballena gris.
“Sin hielo no crecen algas, sin algas no hay alimento para sus presas, y por lo tanto no hay comida para las ballenas”, detalló Urban.
Las cifras oficiales del PRIMMA muestran la evolución del fenómeno:
Aunque se pensó que el fenómeno había terminado en 2024, el aumento de este año obliga a reconsiderar esa conclusión.
“En 2016 la población era de unas 24 mil ballenas grises. En 2022 se estimó en 14 mil. Eso representa una pérdida de más del 30%”, concluyó Urban.
mb