Teherán.- Irán y Estados Unidos retoman mañana domingo las negociaciones nucleares en Omán, tras el aplazamiento de la cuarta ronda la semana pasada, y con diferencias palpables en torno al programa atómico del país persa que defiende el enriquecimiento de uranio con fines pacíficos, mientras Washington pide su desmantelamiento.
El ministro de Exteriores de Irán, Abás Araqchi, encabezará la delegación iraní, mientras que el equipo negociador estadounidense estará presidido por el enviado especial de ese país para Oriente Medio, Steve Witkoff, quienes lideraron las conversaciones en las tres rondas anteriores, los días 12, 19 y 26 de abril.
Esta nueva ronda de dialogo fue anunciada anoche por el mediador, Omán, después de que se aplazara la reunión del sbábado pasado por cuestiones “logísticas”.
“Tras la coordinación con Irán y Estados Unidos, la cuarta ronda de negociaciones se celebrará el domingo 11 de mayo en Mascate (Omán)”, anunció anoche en X el ministro de Exteriores omaní, Badr bin Hamad al Busaidi., quien sirve de intermediario en estas conversaciones indirectas entre Teherán y Washington.
Al confirmar su participación, Araqchí afirmó que las conversaciones están avanzando en la “dirección apropiada” y están entrando gradualmente en los detalles.
Una opinión que difiere mucho a la del jefe negociador estadounidense.
Witkoff, advirtió el viernes en una entrevista con el portal de noticias estadounidense de ideología ultraderechista Breitbart News, que si las conversaciones con Irán en esta cuarta ronda no son “productivas”, “no continuarán y tendremos que tomar una ruta diferente”.
El enviado especial de EE.UU. para Oriente Medio, dijo que Teherán debe abandonar el enriquecimiento de uranio por completo.
“Un programa de enriquecimiento nunca más podrá existir en el Estado de Irán. Y esa es nuestra línea roja. Ningún enriquecimiento. Eso significa desmantelamiento”, aseveró.
En este sentido, Witkoff señaló que la República Islámica de Irán debe de desmantelar sus tres instalaciones de enriquecimiento de Natanz, Fordow e Isfahán.
De esta manera, Witkoff repitió lo antes dicho por el presidente de EE.UU., Donald Trump, quien la semana pasada indicó que un posible acuerdo debería resultar en el desmantelamiento del programa atómico de Teherán.
Unas demandas que podrían dificultar el avance de las negociaciones, ya que Teherán ha asegurado que solo negociará sobre la limitación de su programa nuclear, afirmando que el enriquecimiento de uranio es su derecho como país firmante del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
Irán ha reiterado que su objetivo de las conversaciones es el levantamiento de las sanciones estadounidenses, a cambio de disminuir la pureza del uranio enriquecido, que actualmente se encuentra en un 60 %, un nivel cercano al 90 % necesario para la fabricación de armas nucleares.
La República Islámica, que ha asegurado constantemente que no busca desarrollar bomba atómica, reforzó su programa nuclear un año después de que Trump abandonara en 2018, durante su primer mandato (2017-2021), el acuerdo nuclear de 2015, firmado entre Teherán y las potencias mundiales.
Después de su salida del pacto, Trump impuso la política de “máxima presión” contra el país persa, una medida que retomó tras su retorno a la Casa Blanca en enero pasado, adoptando varias rondas de sanciones con el fin de reducir las exportaciones petroleras de Irán.
Al mismo tiempo, el mandatario estadounidense llamó a negociaciones a las autoridades iraníes y advirtió que si no llegan a un acuerdo mediante la diplomacia, tomaría medidas militares contra Irán.
En reacción a esas amenazas que se han repetido en numerosas olcasiones, y la posibilidad de que los rivales no logren acercar posturas, el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, el general Hosein Salamí, advirtió la víspera que una guerra con Irán “sería devastadora” para Estados Unidos.
“A los funcionarios estadounidenses: si nos amenazan con la cuestión nuclear, sepan que estamos listos para la guerra a cualquier escala”, alertó Salamí, quien aseguró que las armas nucleares no tienen cabida en la doctrina de defensa del país persa.
Ante ese escenario y el peligro de una confrontación militar, la comunidad internacional observa con atención estas negociaciones, que podrían determinar el futuro del programa nuclear iraní y la estabilidad en la región de Oriente Medio.
EFE/ doh