Xalapa, Ver. El dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Adolfo Ramírez Arana, denunció una posible complicidad entre los agresores y las autoridades tras el ataque a la sede estatal del partido en Xalapa, ocurrido durante la marcha de encapuchados el pasado jueves.
Desde el exterior de la Fiscalía General del Estado (FGE), donde presentó una denuncia formal por los daños, Ramírez Arana informó que una persona resultó lesionada tras recibir una pedrada, cuando manifestantes vandalizaron la sede priista.
“Se presta a pensar muchas cosas. Es evidente que existe una complicidad, al no haber detenidos ni presencia de patrullas. Hubo desmanes en el INE, justo enfrente de la Guardia Nacional, y aun así no hubo detenciones”, declaró.
Durante la movilización, un grupo de personas encapuchadas realizó pintas, rompió cristales, lanzó piedras, intentó incendiar un vehículo y causó diversos destrozos en el inmueble ubicado en la colonia Ferrer Guardia. A pesar de ello, según el dirigente, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) tardó más de 30 minutos en atender el llamado de emergencia realizado al 911.
“Hicieron desmanes por más de 40 o 50 minutos y no llegó una sola patrulla. Que se haya permitido con total impunidad que vinieran a incendiarnos el partido deja mucho que desear del Gobierno y da pie a pensar mal”, señaló.
Ramírez Arana aseguró que el PRI continuará en campaña, aunque han decidido evitar eventos masivos anunciados con antelación para prevenir nuevas agresiones.
También expresó preocupación por la creciente intervención de grupos delictivos en el proceso electoral.
“La delincuencia organizada se ha inmiscuido como un acto sin precedente”, afirmó.
Finalmente, cuestionó la inacción de la gobernadora y del titular de la SSP, al no intervenir cuando los encapuchados transitaban por la ciudad realizando actos vandálicos.
AVC/ doh