Tras la inauguración de la Plaza Heroísmo Veracruzano por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum, quedó expuesto un fragmento de la antigua muralla que protegía a Veracruz y que ahora puede ser observado desde el malecón.
En entrevista con XEU, e investigador Mario Gaspar Covarrubias explicó que esta construcción data del siglo XVIII, cuando se consolidó la última parte de la muralla que defendía la ciudad. “Podemos decir que ese fue un proyecto que comenzó en 1634 a construirse físicamente, aunque su planeación se planteó desde 1625 debido al crecimiento de la población de Veracruz ”, señaló.
La obra se fue desarrollando por etapas. En 1634 se levantó el baluarte de la Señora de la Concepción en la zona norte de la ciudad y un año después comenzó la edificación del Baluarte de Santiago. Para 1790 ya estaba amurallado tanto el lado de tierra como el de mar. Posteriormente, en 1763, se sustituyó la primera muralla de baja altura por una hecha completamente de piedra.
Mario Gaspar Covarrubias destacó la importancia de la muralla del lado del mar, pues además de defender a la ciudad, “también servía como rompeolas para proteger la costa de la ciudad”.
El especialista recordó que del antiguo sistema defensivo hoy quedan pocos vestigios: un fragmento en el Baluarte de Santiago y otro en la contrafachada de la Primera Región Naval, además del tramo que recientemente se abrió al público en la nueva plaza Heroísmo Veracruzano.
No obstante, observó que aún falta darle la difusión adecuada. “Me dio mucho gusto ahora sí poderla ver y casi tocarla, pero todavía hay escombro y no está debidamente señalizado. Mucha gente se acerca, pero no saben realmente lo que es. A lo mucho pensarán que es un muro antiguo porque se puede ver la piedra múcara en algunas partes”, comentó.
El investigador hizo un llamado a que este fragmento de muralla se convierta en un punto turístico debidamente protegido y explicado al público. “Yo considero que sí haría falta una buena señalización, una placa con los datos necesarios y fotografías, para que el público pueda no solamente conocer, sino también valorar y llevarse las imágenes a sus lugares de origen”, concluyó.