Ayer domingo 21 de enero se conmemoró el Día Internacional del Abrazo, un gesto tan simple pero profundamente significativo.
La celebración de la fecha fue creada luego de que el psicólogo de la Universidad de Michigan, Kevin Zaborney, analizó en los años 80 los efectos del estrés en el organismo y estableció cómo afectaba a las personas cuando era recurrente.
Y es que concluyó que la solución era que a mayor número de abrazos recibidos, menor estrés y mejor salud mental, emocional y física, por lo cual estableció el Día Internacional del Abrazo, en 1986.
Desde entonces, cada 21 de enero, se celebra el Día Internacional del Abrazo para concientizar la importancia de la conexión humana a través del contacto físico.
De acuerdo con datos de la universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los abrazos van más allá de la expresión de cariño y afecto, por su impacto significativo en la salud física y emocional.
Y es que Alicia Castillo, doctora y académica de la UNAM, los abrazos no solo generan sentimientos cálidos, sino que también desencadenan respuestas físicas en nuestro cuerpo.
Señala que la liberación de oxitocina, a menudo llamada la hormona del amor, durante un abrazo promueve la confianza, la empatía y reduce el estrés. Además, se ha demostrado que los abrazos disminuyen la presión arterial y fortalecen el sistema inmunológico.
La especialista destaca que los abrazos son esenciales en la infancia, ya que la falta de abrazos puede tener consecuencias a largo plazo, afectando el funcionamiento emocional y la capacidad de establecer relaciones saludables en la vida adulta, lo cual resalta la importancia de expresar el afecto a través de abrazos, especialmente en las primeras etapas de la vida.
No subestimemos el poder de un abrazo; puede alegrar un día, aliviar el estrés y fortalecer nuestras relaciones. Así que, en este día especial, y todos los días, ¡abraza a tus seres queridos y disfruta de los innumerables beneficios que los abrazos tienen para ofrecer!
