Opinión

México debe ser municipalista

Por Soraya Pérez Munguía

En México, los municipios son la primera línea de contacto entre el gobierno y la ciudadanía


En México, los municipios son la primera línea de contacto entre el gobierno y la ciudadanía, la instancia más cercana y directa en la administración pública, la célula básica de la organización territorial del país, y son los responsables de proveer servicios básicos, garantizar la seguridad local, y promover el desarrollo comunitario. Sin embargo, también hay que decirlo, a pesar de su vital importancia hoy son la pieza más débil en la estructura gubernamental; como servidora pública me ha tocado trabajar con cientos de ellos y como presidenta de Nación Incluyente A.C. me ha tocado recorrer el país, visitarlos brindando capacitación y la constante es “nos faltan recursos, nos falta profesionalización, el tiempo es muy corto”

Que un municipio funcione es fundamental para la estabilidad y el bienestar de sus habitantes, porque gestionan servicios esenciales como el agua potable, la recolección de basura, la pavimentación de calles y el alumbrado público. Estos servicios no sólo son cruciales para la calidad de vida, sino que también tienen un impacto directo en la percepción de la ciudadanía sobre la eficiencia y transparencia del gobierno.

Otra vertiente importante de los municipios es que su desarrollo es importantísimo

para que los grandes proyectos nacionales sean verdaderamente exitosos, hay una frase que siempre me encanta repetir en foros municipalistas en donde me invitan como oradora “todo proyecto nacional pasa por un municipio”. En mi tierra, por ejemplo, se construyó la Refinería de Dos Bocas sin primeramente hacer las adecuaciones de las vías estatales y federales que llevan hacia ella, lo que provocó que hubiera múltiples accidentes en donde paisanos han perdido la vida; tampoco hicieron los estudios ni las obras hidrológicas necesarias, y la comunidad está sufriendo desabasto de agua potable además, cada vez que llueve todo el municipio se inunda por la eliminación de los vasos reguladores naturales durante su construcción.

Finalmente, no se terminaron las plantas generadoras de energía, por tanto, mientras la población sufre las intermitencias y apagones eléctricos, las instalaciones de la refinería parecen “arbolito de navidad”, lo que es una verdadera ofensa para quienes ahí habitan. La gente en Paraíso está tan enojada que no votaron por Morena, y este municipio será gobernado por Movimiento Ciudadano.

Este es el resultado de trabajar desde la federación sin una estrecha coordinación y planeación con el Ayuntamiento, en otras palabras, la única magna obra de mi paisano en Tabasco y la más costosa para los mexicanos, se ha convertido en un barril sin fondo para PEMEX, con retrasos, inundaciones y fugas. Ningún proyecto de infraestructura y desarrollo nacional podrá avanzar si no se toma en cuenta la realidad del municipio donde se construye.

Ignorar su importancia trae consecuencias graves, afecta directamente a los ciudadanos y puede desestabilizar la gobernabilidad a nivel nacional.

Algunas estrategias que respetuosamente sugiero:

 

Descentralización efectiva: Transferir competencias y recursos suficientes a los municipios para que puedan gestionar de manera autónoma y eficiente los servicios públicos y proyectos locales. Capacitación y profesionalización: Invertir en la formación y capacitación de los funcionarios municipales para mejorar la calidad de la administración local. Transparencia: Implementar sistemas de transparencia y rendición de cuentas para reducir la corrupción y mejorar la confianza de la ciudadanía en sus autoridades locales. Innovación y tecnología: Promover el uso de tecnologías de la información para modernizar la gestión municipal y hacerla más eficiente y accesible.

 

Fortalecer a los municipios es prioritario para construir un país más justo y con crecimiento. Los municipios fuertes son el cimiento de una Nación Incluyente, y es a través de ellos que podemos lograr la verdadera transformación de nuestro país.