La noticia de que la FGR inició las carpetas de investigación por delitos contra la administración de la justicia en contra de los jueces Sergio Santamaría Chamú , -juez primero de distrito en Michoacán- y María Gabriela Ruíz Márquez, -quien encabeza el Juzgado Sexto de Distrito en Materia Administrativa en Jalisco-, exhibe una aberración jurídica. Por decisión política se pretende penalizar a dos jueces por realizar aquellas funciones para las que fueron nombrados y a quienes se les delegó la autoridad del Estado Mexicano.
Hoy se está dando una actitud represiva e intolerante que está politizando la justicia, y esta censura viene desde el Poder Legislativo, convertido ya en la nueva “inquisición”.
Fernández Noroña hoy define “qué es inconstitucional” y qué sí está permitido, lo cual, evidentemente viene ya etiquetado con el prejuicio de que “lo que se ajusta a la visión de la 4T sí es constitucional y lo que se opone, se convierte en delito”. Fernández Noroña ya se convirtió en un reconocido jurisconsulto, cuando ni siquiera es abogado, sino sociólogo.
La politización de la justicia siempre antecede a los regímenes totalitarios, pues permite neutralizar adversarios y a quienes se oponen al proyecto político que se pretende impulsar.
Tradicionalmente el Congreso ha sido un espacio de negociación política, pero hoy se ha convertido en el verdugo de la democracia, operando una transformación destructiva, lograda a partir de la debilidad de la oposición, que no supo impedir la sobrerrepresentación que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, -presidido por Mónica Soto-, le obsequió a la coalición formada por Morena y aliados, otorgándole la mayoría calificada que no ganó en las urnas, pues de haber obtenido el 54% de los votos, pasó a controlar las dos cámaras. De esta forma la coalición liderada por MORENA, -ignorando a la oposición-, ha podido imponer las reformas más destructivas de los últimos años, que nos están llevando a un retroceso democrático.
Toda la estructura institucional que se fue construyendo a lo largo de los últimos 30 años para hacer contrapeso al Poder Ejecutivo en los tres niveles de gobierno, -federal, estatal y municipal-, hoy se ha eliminado para regresar al modelo centralista vigente hasta los años noventa.
Hay una fábula narrada de generación en generación cuando se habla del estado de derecho, la cual cuenta que el rey Federico El Grande, de Prusia molesto porque frente a su palacio de verano, Sanssouci, estaba un molino de viento y este afeaba la vista decidió comprárselo a su súbdito, pero éste se negó a venderlo. Encolerizado el rey amenazó con destruirlo.
El molinero, apenas salió del Palacio se dirigió a Berlín a exponer su caso ante un juez y solicitar la protección de la ley. El juez después de analizar el caso falló a su favor y ello frenó la demolición.
Tiempo después se volvieron a encontrar el rey y el molinero y este último, -con sorna-, le echó en cara al rey: “Majestad afortunadamente aún hay jueces en Berlín”. Sin embargo, el rey, -aún siendo un claro representante del “despotismo ilustrado” del siglo XVIII-, respetó el fallo del juez.
Esta anécdota, aún sin verificación histórica, refleja la vocación de los jueces de carrera, juristas comprometidos con la justicia y la aplicación de la ley.
Sin embargo, hoy que los jueces, magistrados y ministros que han construido una carrera profesional dentro del sector judicial mexicano serán sustituidos por funcionarios que obtuvieron el cargo en una tómbola… ¿Quién de ellos se arriesgará a frenar injusticias en las que estén involucrados quienes gobiernan?
Difícilmente correrán el riesgo de enfrentar a personajes poderosos como el ilustrísimo Fernández Noroña y terminar con una investigación en su contra en la Fiscalía General de la República, como está sucediendo a los jueces Santamaría Chamú y Ruíz Márquez, por ejercer la potestad que les asigna la Constitución pero que incomoda a quienes de forma populista hoy ejercen el poder real.
Imaginemos un futuro donde los veredictos se sometan, -no a los dictados de la Constitución-, sino a consultas públicas manipuladas según los intereses del gobierno.
Escuchar al ministro en retiro Arturo Zaldívar en una entrevista televisiva me recordó a Chespirito y la Chimoltrufia, pues lo mismo se opuso a la elección de jueces, magistrados y ministros cuando él aún estaba en activo en la SCJN, que ahora no sólo dice otra cosa justificando lo que antes criticó, sino que participa y coordina la selección de candidatos que serán sometidos a elección popular.
El “síndrome de la Chimoltrufia” describe a quienes forman parte de la 4T: dicen una cosa pero luego se desdicen con total cinismo.
En toda la historia de México la justicia nunca ha estado en manos más irresponsables, -que desde que se aprobó la actual reforma judicial-, ésta ha sido manipulada por legisladores.
¿HONESTIDAD?
La Cámara de Diputados aprobó la cuenta pública del 2022, del cuarto año de gobierno del presidente López Obrador, -realizada por la Auditoría Superior de la Federación-, quien detectó irregularidades por más de 29 mil millones de pesos pendientes de aclarar, -de los cuales-, seis mil 877 millones de pesos corresponden directamente al gobierno federal.
Lo curioso es que hayan dejado tanto dinero sin aclarar ni justificar y aún así la hayan aprobado… ¿Dónde fue a parar?
Es necesario exigir que se investigue su destino y se deslinden responsabilidades, pues el total equivale a casi el doble del fraude a Segalmex y casi cuatro veces a la famosa “estafa maestra” que mantuvo en la cárcel durante tres años a Rosario Robles.
AVES DE RAPIÑA
El accidente carretero sucedido en el tramo de las cumbres de Maltrata, - en el que un tráiler fue vandalizado en forma de rapiña por pobladores de la zona-, ha levantado denuncias de los camioneros, que hablan de que muchos accidentes son provocados por los mismos pobladores, quienes riegan aceite en el asfalto para que los camiones vuelquen o dejan
ponchallantas. Mencionan que es fácil ver a la gente escondida en la maleza para llegar a robar la carga de los camiones siniestrados.
Esto es grave y habla de cómo ha cambiado la moral en nuestro país. Antes los pobladores se acercaban a los camiones accidentados para atender y ayudar a los choferes. En contraste, hoy inicia la rapiña y los conductores son abandonados heridos.