En México, las empresas estatales empobrecen a los ciudadanos que pagan impuestos, y enriquecen a los gobernantes, a sus familiares, socios y amigos de los burócratas que las manejan.
Según 762 auditorías realizadas por la Auditoría de la Federación (ASF) hasta 2022, se detectaron faltantes en el gobierno de Morena, presidido por López Obrador, por más de 32 mil millones de pesos, entre ellos, en Segalmex, Tren Maya, Pemex, en dos refinerías, en la CFE, y en el aeropuerto Felipe Ángeles, entre otras empresas estatales.
Aunque el gobierno de Morena tiene el récord de corrupción documentada en México, en el siglo XX y lo que va del XXI, no es el único partido bajo el cual se ha dado la corrupción.
Durante el gobierno del PAN fue la época con menor corrupción documentada, también la hubo, como fue el caso de García Luna en el gobierno de Calderón (2006- 2012), el cual es considerado uno de los gobiernos donde hubo una menor corrupción comparándolo con los gobiernos morenistas y priistas.
Durante los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional, PRI, de 1929 al año 2000, más de 70 años hubo una gran corrupción que aumentó el número de pobres en México. El PRI gobernó México de 1929 al año 2000. En el 2015 ganó las elecciones Enrique Peña Nieto, del PRI.
El Foro Económico Mundial, en su reporte de Competitividad Global 2015, consideró al gobierno de México entre los países con mayor desviación de recursos por sus gobernantes. En ese año gobernaba el PRI.
En México, en mayor o menor grado, ha existido corrupción en casi todos sus gobiernos, variable que ha repercutido en menores niveles de crecimiento y de niveles de vida.
La corrupción en México y en los países estatistas de toda Latinoamérica ha sido y es uno de los factores que más ha cooperado para reducir el crecimiento y los niveles de vida en la mayoría de los países latinoamericanos.
Uno de los factores por los que Estados Unidos tiene mayor nivel de vida es debido a que el gobierno americano no es dueño de las principales empresas; mientras en México, con el mito que la propiedad estatal ‘garantiza la soberanía’, la mayoría de los gobernantes, amigos y familiares saquean impunemente empresas estatales, como es el caso de la Comisión Federal de Electricidad y Pemex, las cuales manipulan los gobernantes en turno, como si fueran de su propiedad, y anuncian ganancias que no concuerdan con la realidad.
En Venezuela, cuando las empresas eléctricas y petroleras eran privadas, ganaban dinero y el gobierno recibía miles de millones por sus ganancias. Actualmente son de los gobernantes y pierden dinero.
La empresa estatal Petróleos de Venezuela debe alrededor de 35 mil millones de dólares, y ya no aporta ni un dólar de ganancias al fisco venezolano, sino que recibe subsidios del gobierno. Maduro reconoció que, en el monopolio estatal petrolero, de 2020 a 2023, no se conoce el destino de 16 mil 960 millones de dólares.
En México, en el tercer trimestre de 2024, Pemex, monopolio estatal petrolero, tuvo una pérdida de 161 mil 455 millones de pesos. Contablemente está en quiebra ese monopolio, donde reina la corrupción: sus pasivos son mayores que sus activos.
En 2023, el gobierno mexicano anunció que Pemex tuvo ganancias por 110 mil millones de dólares, pero no dijo que tuvo subsidios o ‘apoyos fiscales’ por 315 millones de pesos, 2.7 veces más que falsas ganancias, menores a los subsidios.
La CFE, en 2018, tuvo utilidades por 47 mil 917 millones de pesos y en 2022 tuvo pérdidas por 50 mil 671 millones de pesos.
En México, las empresas estatales empobrecen a los ciudadanos que pagan impuestos, y enriquecen a los gobernantes, a sus familiares, socios y amigos de los burócratas que las manejan.