A poco menos de cuatro semanas de haber iniciado la campaña en busca de la candidatura presidencial por Morena, la ex jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum visitó por primera vez el Puerto de Veracruz.
Fue una visita atropellada y con el antecedente de haber estado previamente en Tabasco, donde tuvo “asambleas informativas” con sus simpatizantes y una entrevista muy desafortunada donde evidenció su vulnerabilidad, poco temple y falta de tolerancia.
En Veracruz, Sheinbaum estuvo primero en Catemaco, en la zona de Los Tuxtlas, ahí su agenda sufrió algunos ajustes y se vio obligada a retrasar su llegada al Puerto de Veracruz, donde su equipo había convocado a diversos medios de comunicación para ofrecer entrevistas en un hotel del bulevar de Boca del Río.
Algo ocurrió y Sheinbaum nunca llegó, dejó plantados a los medios en un salón del hotel Villa Florida, que había sido rentado y acondicionado para dichas entrevistas.
Tras dos horas de espera, el enlace de prensa del Sheinbaum, informó que las entrevistas no se llevarían a cabo y que estas se realizarían posterior a la asamblea programada en el campo deportivo de Las Bajadas, una zona sub urbana en la periferia de la ciudad, donde Morena tiene una alta presencia e influencia, derivado de la efectividad de sus programas sociales.
Para ello, rentaron un salón en el hotel Urban Inn, ubicado en la carretera federal a Xalapa, muy cercano al aeropuerto y al lugar donde se realizaría el mitin. Ahí, Sheinbaum ofreció las entrevistas, luciendo un rostro cansado y con un semblante desencajado, lo mostrado por la aspirante a encabezar el proyecto de continuidad de Morena, dista mucho de la energía y temple que requiere una encomienda de ese tamaño.
La vulnerabilidad de la Doctora Sheinbaum ha quedado expuesta en muy poco tiempo, fuera de su zona de protección y expuesta a los cuestionamientos y críticas, muestra sus carencias y su incapacidad para trasmitir emociones.
Sorprende su poca empatía, su nula tolerancia y su falta de carisma.
Sheinbaum tiene todo el respaldo de la estructura del gobierno federal, cuenta con el apoyo moral y político del presidente; en torno a su virtual candidatura hay recursos económicos y humanos ilimitados.
En el caso de Veracruz, toda la estructura del gobierno de Cuitláhuac Garcia está a su disposición, a pesar de ello, su campaña carece de impacto, hay una inquietante ausencia de emociones y motivaciones, elementos necesarios e indispensables para ganar una elección.
Lo que parecía una gira para ratificar la hegemonía de Morena y consolidar la candidatura de Sheinbaum, se viene complicando a partir de la falta de chispa de las llamadas corcholatas y de un proceso adelantado y acotado en exceso.
Del proceso de selección de candidatos me referiré en otro post.