En medio del proceso para renovar la titularidad de la Fiscalía General de la República (FGR), el escenario que parecía definido podría estar entrando en una fase de incertidumbre, advirtió el exsubprocurador general de la República, Ignacio Morales Lechuga.
En entrevista para XEU, Morales Lechuga considera que la reciente inclusión de un aspirante de Tabasco, a última hora del día previo al cierre, abre la puerta a un “caballo negro” capaz de alterar por completo la correlación entre los finalistas.
Hasta ahora, todo indicaba que la candidata con mayores posibilidades era Ernestina Godoy, exfiscal de la Ciudad de México y figura cercana a la presidenta Claudia Sheinbaum, con quien colaboró cuando ésta era jefa de Gobierno.
Morales Lechuga señala que la propia actuación de Godoy en las últimas semanas sugiere que se siente respaldada:
“Nadie llega a una casa de huésped y se pone a hacer inversiones de mejora importantes sin tener alguna certeza”, afirmó.
Sin embargo, la incorporación de Félix Roel Herrera, originario de Tabasco, como décimo aspirante a las 10 de la noche del día previo al cierre de inscripciones, abrió nuevas especulaciones. De acuerdo con el exsubprocurador, esta inclusión súbita podría significar un cambio de ruta dentro del proceso.
De prosperar su candidatura, Roel Herrera podría convertirse en el único competidor de peso para Godoy, aunque Morales Lechuga considera que, de inicio, desplazarla sería una tarea difícil.
El exsubprocurador subraya que esta designación será un termómetro del liderazgo real de la presidenta Sheinbaum. Paradójicamente —señala— aunque la mandataria cuenta con más facultades legales que cualquier presidente en décadas, la percepción pública suele verla con menor poder debido a la sombra política del expresidente López Obrador.
Por ello, la designación del nuevo fiscal será leída no sólo como una decisión jurídica, sino como un mensaje político sobre la autonomía de su gobierno.
Consultado sobre si México ha tenido una fiscalía verdaderamente autónoma, Morales Lechuga fue claro: esa autonomía depende tanto del marco constitucional como del carácter del fiscal. Señaló que el titular debe ser capaz de resistir embestidas políticas del Ejecutivo y del Congreso para ejercer sus facultades sin presiones.
Recordó que, en el caso del fiscal saliente, la “gota que derramó el vaso” habría sido la filtración de información sobre investigaciones que comprometían a figuras relevantes del partido en el poder, relacionadas con temas como el huachicol.
