Luego de que México y Estados Unidos presentaron un acuerdo orientado a la seguridad y la migración y ambos lados destacan una cooperación basada en el respeto y la soberanía, los detalles y las cláusulas sensibles podrían permanecer fuera del escrutinio público mientras se esperan nuevas rondas de conversaciones y definiciones operativas, explicó Ghaleb Krame, experto en seguridad.
En entrevista para XEU, el analista señala que, a simple vista, el acuerdo se presenta como una cooperación respetuosa. Sin embargo, advierte que, en la práctica, Estados Unidos busca tradiciones más rápidas, un control migratorio más estricto en la frontera sur y un mayor acceso de sus agencias de inteligencia en México.
“La cooperación parece respetuosa en la forma, pero en la práctica hay componentes de presión y seguimiento que podrían intensificarse”, señaló.
“Cada lado vende la narrativa que quiere para su audiencia doméstica”, comenta.
Indicó que los detalles operativos y las cláusulas sensibles probablemente no se informen de inmediato por seguridad nacional. Krame recuerda que, durante una intervención de alto perfil, un periodista mexicano presionó sobre posibles operativos militares; la respuesta fue que tales aspectos no pueden revelarse por motivos de seguridad. Este marco deja claro que la transparencia podría ser limitada en las etapas iniciales.
El experto enfatiza que la seguridad es el ámbito central, con comercio y economía como herramientas de presión en la dinámica bilateral. La negociación podría incluir componentes de inteligencia, control migratorio y cooperación en seguridad pública, con impactos potenciales más allá de lo estrictamente técnico.
Krame apunta que las noticias y acciones definitivas irán tomando forma en las próximas semanas y meses, con una revisión de la narrativa a medida que surjan detalles. Se esperan audiencias y nuevas rondas de discusión, especialmente en septiembre y octubre, que podrían definir la dirección y alcance del acuerdo antes de fin de año.