El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) vivió ayer su último capítulo bajo circunstancias que contradicen sus propios principios de transparencia y rendición de cuentas. Los cuatro comisionados del instituto decidieron de manera unilateral llevar a cabo la última sesión de forma privada, sin registro público y sin la presencia de los trabajadores del INAI.
En medio de un ambiente de tensión, los comisionados se atrincheraron en sus oficinas, colocando muebles y palos de madera en las puertas de cristal para evitar que los empleados inconformes ingresaran y pudieran impedir la realización de la sesión virtual. La decisión de hacer la reunión en privado fue tomada a pesar de que la convocatoria original había sido publicada para las 17:00 horas de forma pública.
Una comitiva de seis trabajadores intentó acceder al edificio con el fin de detener la sesión, pero un agente de policía impidió su ingreso a la oficina del comisionado presidente, Adrián Alcalá, ubicada en el cuarto piso. Mientras tanto, dos pisos abajo, los administrativos del INAI continuaban siguiendo la sesión a través de Zoom, pero al notar la presencia de los trabajadores inconformes, decidieron abandonar la reunión.
En la oficina de la comisionada Blanca Lilia Ibarra, la seguridad era igualmente extrema, con un palo atravesado en la puerta de cristal para evitar cualquier tipo de acceso. Mientras tanto, los trabajadores que lograron ingresar al edificio se limitaron a gritar "¡No sesión, queremos solución!".
Lo más controvertido de esta sesión fue que, además de convocarla de manera pública, los comisionados decidieron privarla de acceso en el último momento, rompiendo un acuerdo previo con los trabajadores inconformes. A través de correos institucionales, los comisionados enviaron los puntos a tratar, y el comisionado por la Ponencia de Norma Julieta Del Río Venegas solicitó que ciertos recursos de revisión se votaran en bloque.
El personal encargado de la transmisión de la sesión justificó la decisión de no transmitirla en vivo, argumentando que no contaban con los “elementos humanos ni técnicos” para hacerlo, lo que suscitó aún más cuestionamientos sobre la opacidad del proceso.
La decisión de los comisionados de llevar a cabo la última sesión en secreto, rodeados de medidas de seguridad y sin la presencia de sus propios trabajadores, ha dejado en evidencia la falta de transparencia que, históricamente, ha sido uno de los pilares de la institución. Este hecho marca un final abrupto y controversial para el INAI, dejando una estela de dudas sobre el futuro de la transparencia en el país.
Con información de MILENIO / Foto de Archivo
mb