Nepal atraviesa un periodo de alta tensión política y social tras la decisión de prohibir plataformas como Facebook, Instagram, YouTube y WhatsApp, que desencadenó protestas masivas, choques y un saldo mortal, explicó el internacionalista José Joel Peña.
En entrevista para XEU, recordó que este martes renunció el primer ministro y el país enfrenta un escenario de interregno entre el poder ejecutivo, el parlamento y las fuerzas armadas, mientras se define un camino hacia la estabilidad y elecciones.
La prohibición de redes sociales, presentada como medida administrativa, dijo, fue percibida por la población como un intento de silenciar la protesta ante años de corrupción, nepotismo y falta de oportunidades para la juventud.
La respuesta fue rápida y violenta: marchas multitudinarias, incendios en edificios públicos y víctimas fatales, que culminaron con la renuncia del primer ministro.
Con la salida del primer ministro, indicó que el estado ha endurecido el control del orden público, el ejército patrulla Katmandú, se impuso un toque de queda y se cerró temporalmente el aeropuerto internacional. En este marco, prevalece una lectura de contención y seguridad antes que de solución política.
¿Qué implica el interregno?
Según José Joel Peña, este periodo refleja la debilidad de la élite política ante una “generación Z” urbanizada y conectada, capaz de coordinar acciones y exigir reformas profundas. El resultado es un vaciamiento de poder ejecutivo, con la figura del presidente limitándose a funciones representativas, y un Parlamento que debe definirse ante la presión social.
D Las protestas articuladas por jóvenes reclaman disolución del parlamento, elecciones en 6 a 12 meses, límites a la reelección y acortamiento del periodo parlamentario. Estas demandas forman parte de un patrón observado en otros países: buscar incentivos políticos que premien probidad y eficacia de la gestión pública.
Entre los episodios más dolorosos figuran protestas que atacaron residencias políticas y el incendio de la casa del exlíder histórico del Partido Comunista de Nepal, donde perdieron la vida la esposa y otros allegados. Estas imágenes subrayan la gravedad de la crisis.
El rumbo dependerá de la credibilidad de las decisiones, la posibilidad de establecer una jefatura interina aceptable, y un calendario electoral claro. Es crucial garantizar derechos y libertades, así como investigar de forma independiente los abusos y muertes ocurridas en las protestas.
La experiencia nepalesa, según Peña, advierte sobre los riesgos de intentar controlar la narrativa digital sin consenso social y sin instituciones confiables. Más allá de Nepal, democracias de Asia y América Latina observan con lupa la relación entre gobernanza, rendición de cuentas y participación ciudadana.