La morosidad en tarjetas, aunque menor en tamaño relativo, crece con fuerza y marca un indicio de presión financiera en los hogares, consideró el economista Alejandro Gómez Támez.
En entrevista para XEU, recordó que la morosidad en tarjetas de crédito alcanzó 48,8 mil millones de pesos en julio de 2025, un incremento anual de 13,3% ajustado. Aunque este saldo representa apenas el 2,3% de la cartera de crédito privado, el aumento señala mayores dificultades de los hogares para cumplir con sus obligaciones financieras, y se suma a alzas en morosidad de créditos de nómina y préstamos personales,
Detalló que la morosidad en créditos de nómina subió 9,2% y en préstamos personales 23,4%, frente a crecimientos más moderados en tarjetas de crédito. Esta lectura sugiere que, además de gasto con tarjetas, existen presiones en otros productos de crédito orientados al consumo.
¿A qué se debe?
El experto mencionó que la inflación percibida por los hogares supera las cifra oficial del 3,5% y deteriora la capacidad de gasto.
Además, dijo que pesar de un repunte en julio por la regularización de empleos en plataformas digitales, el empleo formal venía desacelerándose, con posibles impactos en la capacidad de pago a largo plazo si se intensifica la informalidad.
Esto se suma, dijo, a que las entidades financieras están buscando mantener la cartera viva mediante refinanciamientos, quitas y plazos más largos, antes de que las cuentas pasen a morosidad.
Ante esta situación, recomienda a la población: