Debe reformarse la ley para que todo mexicanos que tenga muerte cerebral sea donador de órganos, sin que se requiera una autorización de los familiares, que casi siempre se oponen a ellos y evitan que la decisión del fallecido se cumpla, lo que a la vez impide salvar vidas, señaló el doctor Felipe Augusto Gardoqui Zurita, médico egresado de la Universidad Veracruzana y posteriormente se especializó en Cirugía Cardiovascular.
El médico, quien participó en la primera donación de corazón en Monterrey, en 1990, dijo que pese a que la legislación mexicana especifica que todos somos donadores de órganos a nuestra muerte cerebral, dictaminada por los médicos, pero para que se realice se necesita la autorización de la familia, pero en muchas ocasiones los familiares truncan el trasplante de órganos, ya que en el momento de la pérdida de un ser querido, ante la tragedia y el dolor, la mayoría de la gente rechaza que se haga la donación.
Refirió que en España, que es el país número uno en donación de órganos, las personas al morir son en automático, donador de todos sus órganos.
Asimismo, dijo que en México la mayoría de donaciones son de riñón y de ellas el 80% son de familiares, no de personas voluntarias.