Un día como hoy pero de 1939, el buque Sinaia llegó al Puerto de Veracruz con más de mil 600 exiliados españoles, combatientes en la Guerra Civil.
En el barco que zarpó de Sète, Francia, estaban trabajadores, escritores, filósofos, médicos, periodistas, poetas y artistas, como el fotógrafo Julio Mayo, conocido precisamente por sus instantáneas de la Guerra Civil.
El investigador Ricardo Cañas afirma que muchos de ellos no sabían a dónde iban, otros habían escuchar hablar de México pero no sabían exactamente dónde quedaba.
¿Y por qué México?
"Porque fue el presidente Lázaro Cárdenas un revolucionario, un hombre que creía en la República como forma de gobierno que les abrió las puertas; otros países se negaron a recibirlos, es más, algunos barcos tuvieron que regresarse porque llegaron a algún país y ni siquiera los dejaron entrar".
La mayoría de los exiliados no traía grandes pertenencias consigo, cuando mucho una pequeña maleta o una bolsa de ropa porque era imposible cargar con más artículos.
Incluso algunos no alcanzaron camarotes en el Sinaia y tuvieron que dormir sobre la cubierta del barco, en el trayecto se editó un periódico que hablaba parte de lo que en esa época era México.
"Cuando llegaron tuvieron miedo, un país extraño, un país lejano al otro lado del continente, al otro lado del Oceano Atlántico", provocando incertidumbre y hasta nostalgia.
Pero cuando llegaron se llevaron la sorpresa de que en el muelle de la T había cientos de personas con pancartas enormes en donde se les daba la bienvenida y los acogía con calidez.
"La XEU tuvo mucho que ver en ello porque en aquel tiempo el presidente municipal de la ciudad de Veracruz lanzó la convocatoria para que la gente que pudiera recibiera en sus casas por unos cuantos días a alguna familia o persona porque llegaron todos ellos con una mano por delante y otra por detrás".
La U de Veracruz, radio pionera en México, tenía apenas nueve años al aire y en esa ocasión colaboró pidiendo a la población recibir a quienes habían salido de los campos de concentración por oponerse al golpe de Francisco Franco.
"Cuando llegaron muchos de ellos exclamaron que se sentían extraños por la completa libertad que tenían, no sabían si debían caminar por las calles o no porque venían de campos de concentración".
Días después una parte de los españoles se quedó a vivir en Veracruz, otros comenzaron a distribuirse en distintas partes de la República Mexicana y formaron sus familias y tuvieron exitosas trayectorias profesionales.
Foto: Gobierno de México
