Los juguetes de madera han sobrevivido gracias a que los adultos siguen comprándolos porque lamentablemente los niños ya no se interesan en ellos, afirman los artesanos que los producen.
Zenayda Reyes es originaria de Paracho, Michoacán, y es la tercera generación de su familia que se dedica a elaborar artículos de madera de granadillo y ha visto como a través del tiempo los juguetes han sido relegados.
Los principales consumidores son las personas que crecieron jugando el yoyo, el trompo, el balero y otros productos de madera, pues muchos de los menores ya ni los conocen.
La artesana hizo un llamado a los padres de familia: "que les enseñen, que se tomen un tiempo para enseñarles y sepan lo que eran los juegos de antes, ahorita por el trabajo no se toman el tiempo necesario para sus hijos".
Con la práctica adquirida desde que era pequeña, para la elaboración de cada pieza se hace aproximadamente media hora desde principio a fin.
En el marco de la temporada vacacional de Semana Santa, varios artesanos de distintos pueblos mágicos de Michoacán están comercializando sus productos en el Centro Cultural Atarazanas de la ciudad de Veracruz.
Miguel Fragá Urbina, coordinador de los productores y comerciantes, afirmó que las personas son provenientes de Pátzcuaro; Tzintzuntzan; Santa Clara del Cobre; Tlalpujahua de Rayón; y Paracho.