Especialistas están alertando sobre todo a los padres de familia veracruzanos por trastornos alimenticios que se presentan entre los adolescentes y jóvenes que con la intención de mejorar el aspecto físico comprometen su salud.
Michael Patrick Redmon, médico psiquiatra, afirmó que los más comunes son la anorexia nerviosa, bulimia y vigorexia, todas ellas con serias consecuencias para los pacientes.
"Son situaciones en las que el individuo de repente al verse al espejoo se ve o más flaco o se ve más gordo y por eso toma la decisión de dejar de comer o estar haciendo ejercicio brutalmente e incluso recurrir a métodos farmacológicos para ayudarse como el uso de laxantes o diuréticos".
Lo más común es que comiencen en una edad temprana y una de las causas más frecuentes es el bullying que principalmente sufren en las escuelas por parte de sus propios compañeros.
"Yo los he visto con cierta frecuencia; hay sus rachas, es curioso pero igual pasa con los esquizofrénicos y bipolares que en determinadas épocas del año se incrementan".
Los padres o tutores deben estar atentos a las señales, algunas de ellas son: cuando el joven se sienta a comer y comienza a jugar con los alimentos dudando si ingerirlos o no; otra de ellas es consumir todo rápidamente y después irse al baño (en donde se provoca el vómito).
"Además empiezan a bajar de peso de una manera (veloz) o que pasan tres o cuatro horas en el gimnasio, son cosas que uno tiene que ver (...) Yo les pido a los papás ojo con estas cosas de la conducta alimentaria".
Por otro lado indicó que por depresión, ansiedad y estrés postraumático (TEPT), son las principales atenciones que brindan los psiquiatras en la actualidad, en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río y gran parte del País.
La depresión no solo se traduce a través de la tristeza, también puede presentarse con irritabilidad inexplicable; falta de placer en cosas que normalmente lo producen; las personas pierden el apetito o comen en demasía; dejan de dormir o duermen muchas horas.
También, quienes la padecen sienten fatiga, no pueden concentrarse, dejan de tomar decisiones, se sienten agitados, retraso psicomotor, lentitud o están inquietud; en casos extremos llegan a pensar en la muerte.
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