La antigua fábrica de puros de Veracruz conocida como La Prueba se encuentra en el centro histórico, aunque en sus años de esplendor fue un gran generador de empleos, se vino abajo y ahora su edificio permanece en el abandono, con una hermosa arquitectura en deterioro.
Adentro, con una gran escalera y paredes con piedra múcara, actualmente permanece sin techo y las plantas en su interior se han convertido en árboles que sobresalen.
El edificio ubicado en Lerdo e Hidalgo fue construido por los hermanos Balsa de origen cubano después del derribe de la muralla que ocurrió en el año 1881.
Los puros La Prueba pasaron de momentos de Gloria, fueron incluso exportados a mandatarios como la reina Isabel, a la que le personalizaron la caja de puros, así pasó de ser un edificio que por muchos años generó empleos a un cascarón, sólo con paredes exteriores y poco queda de la infraestructura interior.
Ahora sólo queda el inmueble y parte de la maquinaria que fue recuperada por los trabajadores todavía es usada es uno que otro local del callejón Reforma, para producir los tradicionales puros.
“A mí todavía me tocó de niño, lo último que quedaba de esa fábrica y ver la actividad, percibir el olor a tabaco que inundaba esas zona”, dijo el historiador Miguel Salvador Rodríguez Azueta.
La fábrica de puros se vino abajo por cuestiones de la competencia internacional, las nuevas generaciones de la familia ya no tienen el mismo interés, al final sólo queda el cascarón del edificio y ni siquiera pudieron liquidar a los trabajadores, quienes tuvieron que tomar muchas de las prensas y con eso cobrar su liquidación.
Asimismo, el investigador Miguel Salvador Rodríguez Azueta dijo que en la fábrica existía un muñequito, un arlequín de madera que estaba en la entrada, subiendo una escalera imperial, similar a la que está en el casino español, era divina.
Entrabas y el muñeco estaba en el primer piso y lo curioso es que parecía que siempre te estaba observando, aunque caminara de un lado para otro parecía que te seguía con la mirada.
A continuación la imagen del arlequín, que fue documentado por el investigador José Romero Salgado, quién lo llegó a encontrar en un restaurante en Cancún.
Miguel Salvador rDijo que de niño pasaba por ahí y entre sus amiguitos haciendo el reto de quién era el más valiente para acercarse a la zona, pero les daba temor el arlequín, muñeco que años después se supo qué fue adoptado por un restaurant de Cancún, pero no se encontraron más datos al respecto.
Sobre los factores que han influido en su abandono, dijo que tal vez es porque se encuentra en el perímetro del centro histórico, por lo que cualquier intervención debe ser autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y su costo debe ser muy elevado.
Para que ese edificio recupere su esplendor debe participar la iniciativa privada y los tres niveles de gobierno, así como la propia sociedad para conservar esa zona.
Miguel Salvador Reyes Azueta consideró que esa ex fábrica de puros debe ser parte de la rehabilitación del centro histórico.
Fotos: cortesía de Ricardo Rams.