Opinión

Informalidad laboral en México

Por Soraya Pérez Munguía

En México, la informalidad laboral continúa siendo uno de los principales obstáculos para el desarrollo económico inclusivo


En México, la informalidad laboral continúa siendo uno de los principales obstáculos para el desarrollo económico inclusivo. De acuerdo con el INEGI, en mayo de 2025 la tasa de informalidad laboral alcanzó el 55% del total de personas ocupadas, mayor al 54.4% registrado en el mismo periodo del año anterior. Además de su alta incidencia, la informalidad se caracteriza por una muy baja productividad. Aunque representa la mayor parte del empleo generado en el país, el sector informal apenas contribuyó con 24.8% del PIB en 2023. Es decir, por cada 100 pesos generados por la economía, sólo 25 provinieron de este sector. Atender la informalidad con políticas integrales y sostenidas no solo es urgente, sino indispensable para construir un país más justo, productivo y competitivo.

Hace unos días, sostuve una reunión con el Comité de Informalidad de COPARMEX nacional, a quienes reconozco como aliados estratégicos del empresariado mexicano. Con COPARMEX compartimos una visión clara: la informalidad no puede combatirse, sino atenderse. Para ello, primero se tiene que crear conciencia en el sector empresarial, la sociedad civil organizada, investigadores, académicos y el propio sector público que este problema representa un freno estructural para el desarrollo inclusivo del país, y en seguida generar alianzas para definir mecanismos que permitan hacer transformar la informalidad laboral en empleos mejor remunerados y con acceso a seguridad social de calidad y otros beneficios financieros.

Uno de los retos más importante es atender el sector de las microunidades económicas, porque el menor tamaño de los establecimientos es también un factor que se asocia a mayores tasas de informalidad laboral. Las microunidades con establecimientos físicos, emplean casi 70% de trabajadores informales; y las que no tienen establecimientos, tiene más de 90%.

Los datos del análisis de la Informalidad en México, elaborado por FLACSO a finales del año pasado, revelan que la mayor presencia se registra en el sector primario con 84%; en el subsectror de la construcción con 78%, y la más alta en el subsector de restaurantes y servicios de alojamiento, donde se encuentra en 70%; incluso en la manufactura, donde podriamos creer que las empresas están bastante mejor establecidas, aún se tiene 36% de informalidad laboral.

Entonces ¿cómo lo lograremos resolver este flajelo económico? Este es un esfuerzo compartido que se tiene que volver prioridad nacional, sin embargo, las instituciones financieras también podemos participar activa y decididamente. Primeramente, convencernos que el camino más efectivo es lograr que los ingresos y las utilidades de estos negocios crezcan, y que la transición hacia la formalidad tenga más beneficios que costos, y más certeza en lugar de riesgos.

Las instituciones financieras mexicanas son las mejor preparadas para apoyar en esta tarea, porque representamos un componente fundamental de la economía nacional, funcionamos como bancos locales y nos enfocamos en brindar un servicio altamente personalizado y soluciones financieras integrales a emprendedores, profesionales, familias y negocios; además, podemos contribuir de manera más decidida, a partir de alianzas con el gobierno, al crecimiento sostenido del acceso al financiamiento, a la inclusión y a la educación financiera a millones de mexicanos.  

Por eso, la alianza entre UNIFIMEX y COPARMEX no es solo estratégica, sino necesaria. Con voluntad y colaboración, podemos convertir la informalidad en una oportunidad de desarrollo para millones de mexicanos. La banca mexicana tiene hoy la capacidad —y la responsabilidad— de ser un puente real hacia la justicia social. Este es el momento de demostrar que, cuando instituciones financieras, sector empresarial y gobierno suman esfuerzos, el crecimiento inclusivo y sostenible no solo es posible, sino inevitable.