Opinión

Con Valor y Con Verdad, Pasaporte Anticovid

Por Gustavo Rentería Villa


Desde hace unas horas, en el precioso puerto de Mazatlán, Sinaloa es indispensable demostrar que se está vacunado contra el COVID-19 para ingresar a bares, discotecas, restaurantes y espacios públicos en general, como parques, jardines y centros comerciales.

En las entradas de estos sitios se piden los comprobantes de vacunación expedidos por el Gobierno Federal o de las autoridades de los Estados Unidos. Son válidos los certificados digitales de las farmacias estadounidenses o las Apps europeas, donde se demuestra el “esquema completo.”

Tenemos que coexistir con el virus, y necesitamos normas sanitarias mínimas; quien no quiera vacunarse -que está en su derecho- no podrá convivir con los que responsablemente sí acudieron a ser inoculados.

Luis Guillermo Benitez Torres, el alcalde del puerto del Pacífico, fue el principal impulsor de la medida y recibió muchas críticas, pero todo indica que será la norma internacional.

¿Por qué me tengo subir a un tren o avión, si alguien haciendo valer su libertad de no vacunarse, me contamina? ¿Por qué voy a acudir a un cine, teatro, hotel o tienda departamental, si una persona representa un alto riesgo, mientras yo sí cumplo responsablemente el llamado científico?

Francia se adaptó a la nueva normalidad ya que prácticamente le requiere a todos los turistas un código QR para demostrar que tiene un “pase especial libre de coronavirus” para poder ingresar a cafeterías, museos, y poder viajar libremente por la nación europea. España va por el mismo camino, y los Estados Unidos va por la misma práctica.

En ciudades francesas para ir a trabajar o simplemente para transportarse de un lugar a otro en trenes de alta velocidad, interurbanos, autobuses y taxis, se debe mostrar el QR. Y como advierten los líderes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “así será la nueva era de convivencia.”

Es fácil, ¡no te quieres vacunar, no tendrás las prerrogativas de todos!

Canadá levantó este lunes su prohibición a que los estadounidenses cruzaran la frontera para hacer compras, turismo o visitas; claro, los residentes legales de los Estados Unidos deben demostrar haber completado su vacunación y dar negativo a una prueba rápida en los tres días previos a cruzar “la línea”. 

Acostumbrémonos, así será.

Todos queremos regresar a la vida prepandemia, pero están pagando responsables por necios, ignorantes y rebeldes.

El mundo superó ya los 200 millones de contagios, y aunque se ve una estabilización en el número de infectados, estamos en medio de una nueva ola.

Las consecuencias están a la vista de todos: casi 4 y medio de fallecidos, devastación de la economía, aumento de pobres, disminución de las clases medias, y centenas de miles de empresas quebradas (que dejaron en la calle a millones de personas alrededor del planeta.)

Está en cada familia y en cada uno de nosotros, volver lo más rápido posible a las condiciones que todos extrañamos, por eso sigámonos cuidando.

 

*Periodista, editor y radiodifusor

@GustavoRenteria

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