La inflación en México y en el mundo ha mermado el poder adquisitivo de un amplio sector de la población.
Muchas de las causas de la inflación en México están asociadas a factores globales, otras a políticas erráticas internas, pero también a un oportunismo poco ético de los intermediarios.
Los intermediarios -principalmente en el sector de agro productos- están aprovechando el escenario, elevando el margen de utilidad de manera desproporcionada.
Las distorsiones del mercado en escenarios como este, requieren de regulación e intervención del Estado.
Entre el precio de producción y el precio final al consumidor, existe un margen que en algunos casos alcanza más del 300%.
Es válido y está en la naturaleza de quien se dedica a los negocios, buscar el mayor margen de utilidad, lo que no es válido y es moral y éticamente inaceptable, es lucrar con la necesidad de los más desprotegidos.
Es urgente que la Secretaría de Economía y la PROFECO intervengan para revisar los desproporcionados márgenes de utilidad entre el precio del productor y el precio al consumidor.
Es paradójico, mientras la mayoría, principalmente los más desprotegidos, sufren los efectos de la inflación, otros se aprovechan de esta y aumentan sus ganancias sin ningún pudor ni recato.
Datos a considerar:
La Secretaría de Agricultura implementó el pasado mes de julio un plan para bajar el precio de los fertilizantes, que son otro factor que impacta en el costo de los productos agrícolas. Parte del plan incluía la eliminación de tasas compensatorias a la importación del sulfato de amonio, esto contribuyó a bajar el costo de este fertilizante en poco más de 5 mil pesos por tonelada.
Al eliminar la tasa compensatoria la tonelada del sulfato de amonio que costaba 16 mil pesos, disminuyó a 10,800 pesos.
Adicional a esta acción, el Gobierno Federal inició la importación de un millón de toneladas de fertilizante para ofrecerlo a precio preferencial a los productores, además de promover e impulsar el financiamiento en el sector.