La entrega del Premio Nobel de la Paz a la líder opositora venezolana María Corina Machado marca un momento simbólico y político relevante para la crisis que atraviesa Venezuela, aunque sus efectos prácticos aún son limitados, señaló la internacionalista Arlene Ramírez Uresti.
En entrevista para XEU Noticias, consideró que el reconocimiento es “muy merecido, pero también profundamente político”, pues coloca bajo el reflector internacional la fragilidad democrática del país sudamericano.
Ramírez Uresti señala que el Nobel funciona como un primer paso hacia un eventual proceso de negociación electoral, al fortalecer la presión global sobre el régimen de Nicolás Maduro y generar respaldo de organismos internacionales. Sin embargo, advierte que esto no modifica de inmediato la realidad institucional del país ni las condiciones de seguridad para los líderes opositores, quienes continúan en riesgo por la falta de Estado de derecho.
En Venezuela, afirma, la ausencia de contrapesos democráticos y el desmantelamiento institucional hacen que el futuro político de Machado siga siendo incierto. La experta recuerda las palabras de la hija de la opositora al recibir el premio —“cuando quisimos hacer algo por las instituciones, ya era demasiado tarde”— como reflejo de la grave erosión democrática.
La analista advierte que la crisis institucional venezolana no es un caso aislado: la gobernabilidad está en tensión en varios países, incluido México, y en un contexto global donde avanzan los radicalismos y se debilitan los contrapesos.
Pese al peso simbólico del Nobel, la internacionalista aclara que no implica el fin del régimen de Maduro ni la restauración automática de la democracia. El cambio real, dice, llegará solo cuando se respeten los resultados electorales y se acabe con los núcleos de poder que frenan la vida democrática.
Sobre la postura del gobierno mexicano —que evitó pronunciarse nuevamente sobre el premio— Ramírez considera que ese silencio también es una forma de injerencia y un distanciamiento de la tradición diplomática mexicana de defensa de los derechos humanos.
En cuanto a Estados Unidos, advierte que su interés en Venezuela responde principalmente a razones energéticas y geopolíticas, más que a una motivación humanitaria o democrática.
En síntesis, la entrega del Nobel a María Corina Machado visibiliza la crisis venezolana y fortalece a la oposición, pero no transforma por sí sola la compleja realidad política del país.