La empresa española Iberdrola, una de las mayores generadoras de energía en Europa, inició el proceso de venta de 15 plantas de energía renovable en México, como parte de una reestructura estratégica global que busca enfocar su crecimiento en mercados regulados como Estados Unidos y Reino Unido.
De acuerdo con el medio español El Confidencial, la compañía habría contratado al banco Barclays para asesorar en la operación, y el valor estimado de los activos ronda los 4,700 millones de dólares. Sin embargo, Iberdrola no ha confirmado oficialmente los detalles de la operación.
Esta decisión se da un año después de que la firma vendiera el 55 % de sus activos energéticos en México al gobierno federal por 6 mil millones de dólares, en una operación que el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó como una "nueva nacionalización" del sistema eléctrico, al fortalecer el papel de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como actor central del mercado.
Mientras el gobierno mexicano ha promovido una política de mayor control estatal sobre el sistema eléctrico, argumentando razones de seguridad energética, estabilidad de precios y soberanía nacional, Iberdrola ha enfocado sus inversiones recientes en países con modelos de regulación distintos y predecibles, según han indicado analistas financieros.
Expertos señalan que, aunque la empresa ha destacado su voluntad de mantener buenas relaciones con México, sus decisiones recientes responden a una estrategia de concentración de inversiones en mercados con marcos regulatorios estables y de largo plazo, como es el caso de Nueva York, Maine y el Reino Unido.
En paralelo, Iberdrola anunció una ampliación de capital por 5 mil millones de euros, que le permitirá financiar un ambicioso plan de expansión en infraestructuras eléctricas. La compañía prevé destinar 15 mil millones de euros anuales en inversiones, especialmente en redes de transporte y distribución de electricidad reguladas.
Con estas inversiones, el grupo espera triplicar el tamaño de sus activos regulados y alcanzar una base de 90 mil millones de euros en 2031, elevando también la rentabilidad esperada a un 9.5 % neto.
Tras el anuncio de la ampliación, las acciones de Iberdrola cayeron 3.5 % en la Bolsa española, debido al ajuste del precio por acción tras la emisión de nuevos títulos. Sin embargo, la operación fue sobresuscrita 3.8 veces, lo que muestra el interés del mercado en el nuevo plan de crecimiento.
En cuanto a resultados, Iberdrola reportó un beneficio neto de 3,562 millones de euros en el primer semestre de 2025, una baja del 13.8 % frente al año anterior, debido a que en 2024 registró plusvalías por la venta de activos en México. Excluyendo este efecto, el beneficio habría crecido 20 %.
Fuente: Milenio