El 1 de julio el Senado aprobó en el día del sexto aniversario de la Guardia Nacional (GN), la ley del cuerpo de seguridad.
En la nueva legislación se armoniza el marco jurídico secundario y se reconoce a la Guardia Nacional como una Fuerza de Seguridad Pública Profesional de carácter permanente e integrado a la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena).
Morena y aliados aprobaron en lo general la reforma por 75 votos a favor por 34 en contra de la oposición. En lo particular fueron 75 votos contra 32.
La norma garantiza la participación del personal civil para fortalecer labores técnicas y establece que realizará labores de investigación de inteligencia en la coordinación con las fiscalías y el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
También permite a elementos de la Guardia Nacional contender por cargos públicos, lo que ha generado críticas en la oposición.
Al respecto, Josué Jijón, consultor de Integralia, dijo en el programa Periodismo de Análisis que desde la creación de este cuerpo de seguridad ha estado en el centro del debate.
En el caso de esta nueva reforma, dijo que hay más cosas negativas que buenas, puso el ejemplo de que podría militarizar la política.
“La experiencia nos dice que puede haber uniformados militares que han sido perfectamente profesionalizados en materia de seguridad pública y podrían abonar en el debate público, sin embargo, hay muchos más contras que pros, uno de ellos es que militaricen la política y eso está ahí muy latente”, dijo.
El analista, Aurelio Collado, mencionó que la participación de los militares en política no es buena.
“Yo creo que definitivamente y está bastante demostrado, que en México la participación de los militares en política es una pésima idea”, dijo.
Gustavo Rentería, periodista y analista, agregó que esta ley es un avance democrático “interesante”, pero se debe de tener cuidado de que no se utilice la infraestructura de las Fuerzas Armadas, para que pueda ganar la elección alguien que se postule.