BRICS Fashion refuerza su influencia global

Imagen BRICS Fashion refuerza su influencia global

Por: Redacción xeu

América Latina afirma cada vez más su presencia en el mapa mundial de la moda. En una región donde la cultura se entrelaza con la artesanía y la tecnología, la moda se ha convertido no solo en parte de la economía creativa, sino también en una vía para construir una nueva identidad. El mercado latinoamericano de indumentaria y accesorios muestra un crecimiento constante: según Euromonitor, las ventas en la región se ven impulsadas por los canales digitales y el aumento de la demanda. En México, el sector de la confección y el textil es considerado clave para la economía: en 2020 empleó aproximadamente a 639,000 personas, mientras las marcas apuntan activamente a los mercados de Estados Unidos y Europa para sus exportaciones. El crecimiento de marcas locales, el aumento de la actividad exportadora y la digitalización están ayudando a mantener el dinamismo del sector.

Las economías emergentes, desde São Paulo hasta Ciudad del Cabo, están adoptando cada vez más la moda como un medio de diálogo cultural y económico. En este contexto se desarrollan las iniciativas BRICS, que reúnen a países antes poco representados a nivel global. Moscow Fashion Week y el BRICS+ Fashion Summit se han convertido en plataformas conjuntas para las industrias de la moda de los países BRICS y otros mercados de rápido crecimiento, donde este año destacaron los representantes latinoamericanos.

La diseñadora guatemalteca Mariandrée Gaitán presentó en Moscow Fashion Week una colección que fusionó motivos tradicionales con una interpretación contemporánea. Nicaragua estuvo representada en la pasarela moscovita por Joseph Mendoza con su colección Mocuana, basada en leyendas nacionales. La brasileña Mayari Jubini, fundadora de la marca Artemisi, señaló que eventos como Moscow Fashion Week ofrecen oportunidades que “impulsan colaboraciones transfronterizas, inspiran nuevas perspectivas y destacan la relevancia de la autenticidad como un valor esencial para el futuro de la industria”.

“Moscow Fashion Week brinda una plataforma invaluable tanto para diseñadores emergentes como consolidados. No solo ofrecen la oportunidad de presentar colecciones en un escenario internacional, sino que también crean conexiones significativas con compradores, prensa y amantes de la moda. Para mí, es una forma de mostrar la identidad cultural de Guatemala mientras posiciono mi marca en una conversación global, otorgando una visibilidad que va mucho más allá de la pasarela”, añadió Mariandrée Gaitán.

En el BRICS+ Fashion Summit, el foco estuvo en el intercambio de experiencias, el desarrollo de nuevos modelos de colaboración y el apoyo a mercados emergentes. Según reportes de la industria, en 2024 los mercados de moda en los países BRICS mostraron un crecimiento más sólido en comparación con Europa, donde se observaron estancamientos o leves caídas. El informe State of Fashion 2025 de McKinsey y BoF señala que Europa enfrenta un “desaceleramiento y resistencia”, mientras que los mercados asiáticos y emergentes siguen impulsando el crecimiento. Este contraste aumenta el interés en nuevos polos —especialmente aquellos donde la creatividad se combina con la tecnología y la responsabilidad social.

Cognitive Market Research estima que la región Asia-Pacífico representa hoy el 23% del mercado global de moda. En China, por ejemplo, la participación de marcas locales ha aumentado en los últimos años del 53% al 60%. Sudamérica también experimenta un crecimiento estable: el mercado regional de moda de lujo supera los 10 mil millones de dólares, con un crecimiento anual proyectado de 4.95%. Al igual que en Asia, los consumidores locales prefieren “sus propias marcas”, que desarrollan colecciones basadas en técnicas artesanales y características étnicas locales. Los países BRICS+ están ampliando su influencia de manera sistemática y colectiva, aunque optan por hacerlo a través de marcas locales.

“Las marcas locales e independientes están ganando tracción cultural, especialmente entre consumidores jóvenes que valoran la autenticidad, la identidad y la producción ética. En América Latina, por ejemplo, estamos viendo un auge de diseñadores que construyen narrativas hiperlocales pero que logran resonar globalmente. Aunque la globalización sigue siendo una fuerza importante, el futuro de la moda se está moldeando con movimientos de nicho, especificidad cultural y propiedad local”, enfatiza Astrud Cordero, directora de Producción, Crecimiento Comercial y Alianzas Estratégicas en Panama Fashion Week.

La plataforma de Moscú se convirtió en uno de los pocos espacios donde diseñadores internacionales pudieron interactuar directamente con compradores e inversionistas de Asia, Medio Oriente y África. Entre los participantes rusos, los críticos destacaron marcas como Leffers, Muliér, SaiJamin, Yana Besfamilnaya, Persve y Kuchugova —sellos que combinan confección tecnológica con técnicas artesanales y un enfoque en la producción sostenible—. Su participación añadió profundidad profesional y contraste al programa internacional.

“Por eso plataformas como el BRICS+ Fashion Summit son tan vitales: crean un nuevo centro de poder creativo donde las economías emergentes no imitan —lideran con autenticidad, innovación y propósito social—”, confirma Karina Diaz Vargas, fundadora de Costa Rica Fashion Week Forever Green.

Eventos como estos evidencian que la moda se está descentralizando, y ciudades como Moscú, Ciudad de México, São Paulo y Delhi están emergiendo como nuevos centros culturales. El BRICS+ Fashion Summit está formando una red donde representantes de la industria latinoamericana pueden fortalecer lazos con colegas de Asia y Europa sin intermediarios.

Por Candelaria Moreno

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