En los últimos años, cada vez son más las plataformas de apuestas que se pueden encontrar al navegar en los servidores de México; y es que gracias a las bondades de la internet, es posible acceder a páginas que incluso tienen por sede jurídica países como Costa Rica, Chipre o Malta.
Parece claro que si lo que se quiere es apostar en casinos en línea o apuestas deportivas, los fanáticos de México pueden ingresar a sitios como Awintura, pero cabe preguntarse: ¿son estas plataformas legales?
Una realidad patente, no sólo en México, sino también en la gran mayoría de los países de América Latina, es que existen pocos Estados que realmente cuentan con un marco jurídico actualizado en la materia; México no escapa de esta realidad.
Las apuestas en México están reguladas por la Ley Federal de Apuestas de 1947; un periodo donde era inimaginable la posibilidad de hacer apuestas y participar en envites y juegos de azar desde un ordenador. Ten en cuenta que aunque la ley no se adapta correctamente a la realidad del momento, es una realidad que la misma prohíbe la realización de estas actividades sin autorización previa del ejecutivo.
Como consecuencia de esto, las apuestas digitales están en un punto muerto donde, si bien es cierto que no se prohíben taxativamente, tampoco se cuenta con un marco regulatorio sólido; esto es algo que puede traer indefensión jurídica, sobre todo en los casos donde se apuesta en casas de apuestas extranjeras.
Dado este marco jurídico, es necesario tomar en cuenta que México cuenta con un ente gubernamental de naturaleza administrativa, que se encargue de dar control a las plataformas digitales que operan en el país. Dentro de las oficinas del SEGOB se encuentra la subdivisión de Dirección General de Juegos y Sorteos, la cual se encarga, entre otras cosas, de:
Una de las grandes ventajas que ofrecen las acreditaciones del SEGOB, es que la institución crea canales de quejas y reconciliación ante situaciones donde la plataforma presenta un mal funcionamiento. Lo mejor de esto es que las quejas discurren a través de procedimientos administrativos, y no solo judiciales; la ventaja de esto es la rapidez con la que se puede atender a estas reclamaciones.
Como se ha visto, las apuestas de casino y eventos de México, aún con algunas carencias, son 100% legales en México. Un punto que muchas veces pasa desapercibido, es que las apuestas siempre quedan gravadas, no solo por el enriquecimiento neto respecto al Impuesto sobre la Renta, sino también por parte de las leyes de impuestos sobre las apuestas.
Tal como se expresó en el caso anterior, las normas en materia de impuestos y tributos en materia de apuesta no recoge taxativamente aquellas realizadas por medio de servidores online; sin embargo, estas pasan a tener vigencia para las apuestas digitales por la vía de la analogía.
En consecuencia, se debe tener en cuenta que las apuestas están sujetas a una alícuota del 21%; esto a su vez pensado por el carácter peyorativo que tienen estas operaciones respecto a las políticas públicas del Estado.
Finalmente, debe tenerse en cuenta que los corredores de apuestas fungen como sistemas de percepción. Esto quiere decir que las casas de apuestas deben pagar un 10% sobre los montos apostados por los usuarios; así como un 2% neto partiendo de su condición como corredor de apuestas.
Vale decir que este es uno de los motivos por los cuales las casas de apuestas no reguladas en México están sujetos a importantes prohibiciones; y es que atendiendo al ámbito territorial de las leyes mexicanas, no es posible cobrar estos impuestos a las plataformas que funciona de manera irregular en el país; algo que eventualmente degenera en evasiones y fraudes fiscales.
Luego de todos los elementos señalados, parece claro que aunque existen aún importantes carencias legislativas en materia de apuestas digitales, lo cierto es que estas son 100% legales y seguras.
Para disfrutar de estas actividades, lo único que se requiere es garantizar que se apuesta en un corredor o casino regulado por SEGOB, y que se haga la declaración de los impuestos, en concepto de las transferencias y ganancias que se registren en estos servidores.
