Héctor Espinoza es una de las personas que junto con su familia quedó atrapado en la azotea de su casa en el Fraccionamiento Floresta en Poza Rica, por las inundaciones registradas en el norte del estado de Veracruz y a quien le tocó vivir en carne propia la desgracia de perderlo todo de un momento a otro.
En entrevista con XEU narró que aunque pidió auxilio nunca fue rescatado del techo, pero afortunadamente el agua, que había alcanzado los seis metros en la zona que reside, comenzó a descender dándole la oportunidad de ingresar al segundo nivel solo para comprobar la pérdida total de sus pertenencias.
"Vimos cómo salió flotando el refrigerador, estamos viendo cómo se fueron los tanque de gas, los mismos rotoplas que estaban llenos se fueron, el equipo de cómputo, herramientas, televisión, es triste ver esto y fue en cuestión de segundos que ni siquiera te da chance de reaccionar".
Aunque ya se reporta desabasto de productos de primera necesidad porque los centros comerciales y las tiendas en su mayoría también están bajo el agua, en su caso tiene algunos alimentos enlatados gracias a que de manera preventiva tiene una mochila de emergencias, tal como lo recomienda Protección Civil.
Ahora la principal tarea es limpiar el segundo piso de su domicilio que ha quedado sucio pues el agua que se metió traía rastros de hidrocarburos, algo que hace aún más compleja la tarea que tiene que realizar antes de que caiga la noche cuando es posible que todavía no tenga electricidad.
La situación que está viviendo Poza Rica es peor de la que le tocó enfrentar en 1999, cuando se registró uno de los peores desastres naturales que han ocurrido en el norte del estado de Veracruz que dejó cientos de muertos y miles de damnificados, señala el reportero Fernando Barrientos.
En los techos había familias enteras que están a la espera de ser rescatadas pues quedaron atrapadas sin la posibilidad de moverse a otro punto porque la inundación es generalizada en gran parte de la ciudad.
Los establecimientos comerciales están cerrados y en su mayoría inundados, no hay comida y en los pocos negocios que lograron conservar sus productos ya los agotaron.
