Tras el amotinamiento en el Centro de Reinserción Social (CERESO) de Tuxpan, el cual dejó como saldo siete muertos y 11 lesionados, el padre Aurelio Mojica Limón, comentó que es difícil el control interno lo que convierte a las penitenciarías en una bomba de tiempo.
“Es una bomba de tiempo esos lugares, por más ayuda que se les quiera dar hasta donde permiten también las autoridades, pues luego sí se complican, pues es difícil el control internamente”.
Agregó que en estos espacios de rehabilitación se deberían brindar todas las garantías de seguridad para que las personas se regeneren.
“Deberían de facilitar o de dar todas esas garantías de seguridad y de que las personas se vayan regenerando, de alguna manera encontrando ayuda para confrontarse y encontrar esa ayuda necesaria para poder reintegrarse de nuevo a la sociedad, tal parece que no se presentan o no se dan".
Mojica Limón, indicó que cuando se encontraba en la ciudad el penal de Allende, la diócesis hacía visitas a la penitenciaría donde veían espacios tan pequeños desbordados de reclusos.
“Todo lo que se vive además cuando escucha uno y platica con los internos de las exigencias que hay dentro, de esos lugares por parte de algunos que tienen el control o el poder dentro y que les van exigiendo ciertas cosas”.
En el interior de las cárceles, muchos presos piden ayuda económica y materialmente, abundó.
Mojica Limón, subrayó que actualmente la comunidad de los religiosos mercedarios, hacen visitas al penal que se encuentra en Cosamaloapan al Penalito en la diócesis de Veracruz.
A las penitenciarías de Tuxpan Xalapa y Coatzacoalcos las visitan la diócesis a en las que se encuentran y pertenecen.
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