Cada 22 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Narcolepsia, un trastorno del sueño poco frecuente, pero que afecta a un número significativo de personas en todo el mundo.
¿Qué es la narcolepsia?
Guadalupe Terán Pérez, presidenta de la Sociedad Mexicana para la Investigación y Medicina del Sueño, afirma que la principal afección es la somnolencia.
Se trata de un trastorno crónico (a largo plazo) que provoca periodos de extrema somnolencia diurna que incluyen episodios breves y súbitos de sueño profundo.
“Tiene que ver con los núcleos cerebrales que regulan los estados de vigilia, es decir, nuestro cerebro nos mantiene despiertos o hace dormir dependiendo del momento del día y las personas con narcolepsia tienen una alteración en las orexinas que son neurotransmisores que nos van a ayudar a estar despiertos”.
Otra característica de la enfermedad es que las personas pueden tener siestas repentinas de cinco o diez minutos, lapso en el que sueñan por la alteración que sufren.
Los narcolepsia no avisa, una persona puede estar realizando alguna actividad cotidiana y de forma súbita se queda dormida sin importar el lugar en el que se encuentra.
¿Cuál es el origen?
“Es un trastorno de origen central, se cree que tiene que ver con una cuestión inmune, es decir, nuestro cuerpo comienza a atacar a estas neuronas que generan las orexinas, estos transmisores que nos mantiene despiertos”.
Síntomas
Normalmente se presenta en la adolescencia y es compleja diagnosticarla en esa etapa porque genera cambios en el estado de ánimo, irritabilidad y demasiada hambre.
También se sabe que existe una predisposición genética, por lo que una persona que padece el trastorno puede heredarlo a sus hijos, pero no es determinante.
¿Se cura?
No tiene cura, pero puede tratarse con diversos medicamentos para intentar mejorar la calidad de vida. En caso de no llevar un tratamiento la enfermedad llega a ser discapacitante.
