Cansancio, sensación de pesadez, aletargamiento con necesidad de dormir después de comer son síntomas de la marea alcalina, “mal del puerco” o somnolencia post-prandial, un evento fisiológico natural que se acentúa de acuerdo al tipo de alimento que se ingiere y que “ataca” a todos casi por igual.
Si bien es cierto que dicho estado es usado como pretexto para tomar una siesta o “echarse un coyotito”, también lo es que consumir alimentos altos en carbohidratos derivará en que el cerebro no preste toda su atención y se le dificulte llevar a cabo algunas tareas asociadas con los procesos cognitivos.
Para la académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, Mónica Méndez Díaz, el llamado “mal del puerco” ocurre cuando hacemos una comida copiosa y se eleva la cantidad de glucosa en la sangre.
Explicó que al comer, la glucosa que está en la sangre se va hacia el sistema nervioso e inhibe la actividad de células en el hipotálamo lateral, donde las neuronas llamadas orexinérgicas disminuyen su actividad que deriva en esa sensación de tranquilidad y de sueño.
Sin embargo, apuntó la profesora en unamglobal.com, esta condición no es mala, pues se trata de un estado fisiológico que debería cumplirse pero que en ocasiones es necesario evitar, sobre todo si después de comer se tiene que regresar al trabajo, escuela o al volante.
De acuerdo con el Centro de Nutrición Clínica, la marea alcalina sucede cuando ingerimos los alimentos y el estómago produce ácido clorhídrico, que a su vez está acompañado por la secreción de bicarbonato para compensar esa producción.
Detalló que si en el almuerzo se consume gran cantidad de alimentos, incluyendo carnes rojas grasosas, frituras, salsas pesadas o exceso de carbohidratos, se requerirá una mayor cantidad de ácido clorhídrico para realizar el proceso digestivo y por ende una mayor posibilidad de sufrir la marea alcalina, con efectos mayores.
“Se debe saber que la marea alcalina no tiene ningún efecto nocivo sobre la salud, pero sí puede afectar la productividad laboral”, pues puede durar desde cinco minutos hasta dos horas, dependiendo incluso si la persona padece obesidad, pues su sangre es más pesada y retrasa la digestión, apuntó.
Para evitar situaciones incómodas o de riesgo, los especialistas recomiendan consumir algo ligero como ensaladas con carne o pescado asado o a la plancha, tomar café o realizar alguna actividad física, como caminar, para estimular el sistema nervioso y darle la vuelta al desagradable y vergonzoso “mal del puerco”.
Fuente y foto: Notimex/doh