La fresa es uno de los cultivos más importantes a nivel mundial. Se cultiva en varias partes del mundo y representa una fuente de ingresos para muchas poblaciones. La producción mundial de fresas ha aumentado más del 83 % en los últimos veinte años, según datos de la Organización Mundial del Comercio. Conoce en qué consiste el cultivo de fresa y cuál es el mejor sistema de riego para ese tipo de frutas.
¿En qué países se cultiva la fresa?
Los principales países productores de fresa son Estados Unidos, Turquía y España, seguidos de México, Corea, Egipto e Italia, que en conjunto suman más del 50% de la producción mundial.
Características de la planta de fresa
La fresa es una planta perenne con tendencia a ser tupida y tiende a ramificarse. Su tallo es herbáceo y es de tamaño pequeño. De ella se forman las hojas y los tallos de las flores.
Las raíces de la planta de fresas son bastantes superficiales y tienden a ramificarse en haces. Hay dos tipos de raíces: primarias y secundarias. Las primarias pueden alcanzar una profundidad máxima de 30 cm mientras que las secundarias oscilan hasta un máximo de 15-20 cm. Sus hojas son ovaladas y de color verde intenso. Esta planta tiene la característica de formar pequeños grupos de hojas basales.
La flor de la fresa es de color blanco y a medida que crecen dan lugar a inflorescencias. La flor puede ser hermafrodita, es decir, contiene órganos masculinos y femeninos, por lo que también se la llama la "flor perfecta".
El fruto de la fresa es el que todos conocemos, caracterizado por su color rojo, es en realidad un fruto 'falso' ya que es la infrutescencia que se origina por el agrandamiento de todos los pistilos de la flor. La verdadera fruta, sin embargo, son las semillas amarillas que se encuentran en el exterior de la fresa. El tamaño de la fresa varía de 15 mm a 30 mm de diámetro.
¿Cómo se cultiva la fresa?
Las fresas toleran tanto el frío como las altas temperaturas. Sin embargo, no debemos exponer la fresa a demasiada radiación directa, ya que esto puede causar quemaduras en la planta. La planta requiere un suelo blando, sin encharcamientos y rico en materia orgánica. Prefiere suelos arenosos de textura media.
Suelo y agua
Respecto al suelo, se recomienda una labranza profunda, seguida de una fertilización orgánica para mejorar las condiciones del suelo y aumentar la sustancia orgánica en él.
La fresa es una planta que sufre mucho de estrés hídrico, lo que puede provocar un desarrollo deficiente del sistema radicular y, en consecuencia, un bajo rendimiento de producción. Por eso es importante gestionar con cuidado la cantidad de agua en el suelo, o sustrato utilizado, optando por técnicas de riego precisas.
Sistema de riegos para el cultivo de fresas
Hasta el día de hoy, para el cultivo de fresas, uno de los mejores y más utilizados sistemas de riego es el sistema por goteo. Esta técnica, permite gestionar y controlar los aportes de agua, maximizando los rendimientos y reduciendo los desperdicios. La baja pluviometría permite una gestión precisa de la profundidad de mojado de cada intervención de riego.
El uso del riego por goteo también posibilita el uso de láminas de acolchado como técnica de cultivo. Los mantillos aseguran que haya menos especies de malas hierbas durante la fase de crecimiento de las plantas, y también evitan que la fruta toque el suelo y se ensucie y/o contraiga enfermedades. En https://rieggo.com/ puedes encontrar más información sobre distintos sistemas de riego.
El uso del riego por goteo posibilita el uso de la fertirrigación, gracias a la cual se podrá racionalizar la fertilización a lo largo del desarrollo y la producción de las plantas.
Recuerda: las fresas son muy sensibles a los ataques criptogámicos, como el mildiú polvoroso o el marchitamiento por verticillium (bacteriano). Poder aportar agua y nutrientes sin mojar las hojas es fundamental para mantener la salud de la planta. Contar con un sistema de riego eficiente es indispensable.