Tatuaje, expresión de la vida plasmada en la piel

Imagen Tatuaje, expresión de la vida plasmada en la piel

Por: Redacción xeu

El tatuaje es la expresión de la vida plasmada en la piel y de manera permanente, afirmó Jazzmind Sánchez, una de las pocas mujeres que ejercen con pasión el arte del tattoo en México.

Aunque terminó la carrera de Administración de Empresas, hace 10 años confesó a sus padres que, en realidad, lo suyo era pintar sobre la piel. Dice que hay quienes estudian para hacerlo, pero otros nacen con el “feeling” y a través de cursos lo van desarrollando.

En su caso, desde niña le gustaba crear caricaturas y en su adolescencia conoció a varios tatuadores gracias a que su hermana acudió a uno para que le diseñara su figura. Con el tiempo, se hizo amiga de ellos y poco a poco le enseñaron el oficio para luego perfeccionarlo mediante diplomados y seminarios.

El primer tatuaje que hizo para un cliente fueron tres cráneos en uno. Hasta el día de hoy ha elaborado cientos en su estudio “Divino Dolor Tattoo Piercing”, ubicado en Azcapotzalco, donde recibe a jóvenes, adultos, mamás con sus bebés, padres con sus hijos y hasta personas de la tercera edad, como una abuelita que hace unos días acudió para que le hicieran una imagen muy singular.

Plasmarse un tatuaje es más serio de lo que se piensa. No se trata de hacerlo por moda, por apoyar a un amigo, por estar enamorado o por antojo. Se debe hacer por convicción y a sabiendas del significado especial que tendrá, pues es una imagen que durante muchos años quedará intacta en la piel.

“El primero que me hicieron es uno que tengo en la espalda. Se trata de una chica en cuclillas con alas de demonio. En aquel entonces, estaba muy joven y tomé una decisión equivocada. Nunca me fijé en el trabajo del tatuador y no fue lo que yo esperaba”, platicó Jazzmind Sánchez, también conocida como Jazz Tattoos.

Por ello, a quienes estén interesados en grabarse la piel les recomienda que averigüen la trayectoria del tatuador y los comentarios acerca de él. Que analicen la figura o texto que portarán, verifiquen que todo el instrumental sea desechable y el trabajo se realice con el máximo de higiene posible en un establecimiento que cuente con sus papeles en regla.

“Es importante contar con un permiso de Salubridad por el uso de suelo. Todos los tatuadores debemos tener un tarjetón que nos autorice el oficio. Además, debemos aprobar un curso de primeros auxilios impartido por la Cruz Roja y tener a la mano nuestra carpeta que muestre los trabajos que hemos realizado, así como los seminarios cursados”, resaltó.

“Todos los tatuajes deben tener una razón de ser porque cada uno es como una etapa de tu vida que te va a recordar algo”, añadió la experta, quien a la fecha suma unos 50 estampados en cada parte de su cuerpo.

Donde más duele, dice, es en el cuello, las costillas, los pies y los dedos. Por eso es que la mayoría prefiere hacérselos en los brazos y la espalda, aunque también se han presentado casos que solicitan algo muy cercano a los genitales.

“Prácticamente se puede tatuar en cualquier lugar donde exista piel y lo que varía es el tipo de aguja, pues en ciertas partes del cuerpo la piel es más delgada y exige un mejor tratamiento”, explicó a Notimex en entrevista.

Antes de iniciar el proceso del tattoo, se debe rasurar el área a fin de eliminar todo el vello, después se limpia con alcohol y se lava con jabón antibacterial.

“En todo momento, el tatuador debe usar guantes desechables y cubrebocas, así como agujas y tubos de un solo uso. Se requiere además, una mesa de trabajo, dos sillas, una máquina de tatuar, un cable que se conecte a la fuente de poder, un pedal, tintas, vaselina, toallas para limpiar, plástico playo para envolver y lámpara para iluminar”, explicó.

Por lo general no es necesaria la aplicación de anestesia local, salvo que las sesiones sean muy largas. De ser así, vía cutánea se rocía spray con benzocaína una vez que la piel esté abierta.

“Procuro tratar bonito a mis clientes para que le pierdan el miedo, sobre todo cuando es su primera vez. Siempre les explico paso por paso lo que voy a hacer para que tengan la confianza de decirme lo que sienten, pues he tenido casos en que llegan muy nerviosos y hasta se desmayan”, relató.

Hace 20 años, el oficio del tattoo era exclusivo de los hombres, pero con el paso del tiempo, las mujeres han ganado terreno. De modo que le enorgullece decir que los diseños ya no son tan oscuros y masculinos, pues la mujer llegó para imponer su toque femenino.

Además, señaló, surgen nuevas técnicas para trabajar con distintas agujas, más puntillismo, realismo, hiperrealismo, color y el “black and grey” en tonalidades grises.

“Cuando llegan a pedirme que les haga una rosa, por ejemplo, mi trabajo es indagar en lo que se quieren hacer. Les propongo algo de realismo o les ofrezco el estilo tradicional. Trato de absorber lo que dice el cliente para entender lo que está buscando”.

Incluso, le han tocado tórtolos que acuden a tatuarse las iniciales, el nombre o la foto de su pareja y hasta en esos casos debe involucrarse la psicología del tatuador porque en el futuro, cuando termine la relación, podrían arrepentirse de haberlo hecho.

Sin embargo, no todo es tan grave, ya que en la actualidad se puede eliminar un grabado aunque la piel no queda del todo virgen.

“Existen tres formas: una es con bisturí para borrar la capa de piel que contiene el tattoo. La segunda opción es mediante láser de varias sesiones. El tratamiento es caro pero se logra aunque también queda una cicatriz. Lo último que puede hacerse es camuflajearlo (cover) que consiste en crear otro tatuaje encima para tapar el de abajo”.

Fuente: Notimex/pmc

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