A los 92 años falleció Hilarión Madrazo Muñoz, químico, pintor y referente cultural de Orizaba. Su muerte ocurrió en su vivienda ubicada en la Calle Sur 3, entre Oriente 2 y Colón, en pleno centro histórico, la misma casa que durante décadas transformó en una obra monumental de arte.
Descendiente de los Marqueses del Valle de la Colina, Hilarión Madrazo unió el rigor científico con la sensibilidad artística.
Se formó en Francia, Estados Unidos y otros países europeos, donde perfeccionó su conocimiento en química y pintura.
Su curiosidad y disciplina lo llevaron a experimentar con pigmentos, texturas y materiales que luego incorporó en su obra.
Al regresar a Orizaba inició el proyecto que definiría su legado: pintar cada muro de su hogar hasta convertirlo en una galería viva. A esa creación la llamó “Una obra en el espacio del tiempo”. Con paciencia y dedicación, cada rincón se volvió testimonio de su búsqueda por capturar la esencia del color y del paso de los años.
Quienes lo conocieron lo recuerdan como un hombre reservado y amable, cuya figura solitaria se veía con frecuencia por las calles del centro histórico. En los últimos años, su salud lo obligó a permanecer en casa, dejando que su arte hablara por él.
La casa de don Hilarión Madrazo permanece como patrimonio visual y emocional de la ciudad. Vecinos y visitantes continúan deteniéndose ante su fachada, testimonio del amor de un hombre por su tierra.
Fuente y foto: AVC
